Giménez, Godín y Savic son los tres defensores más férreos del club más rudo de Europa. Los tres cerraron a Benzema a la vez en ese córner tras un saque de banda que puso en juego Cristiano Ronaldo. ¿Cómo salió de ahí?, le preguntaron a Zizou. “Ni él lo sabe”, espetó el técnico en la sala de prensa. Fue magia. Una jugada para enmarcar y poner la foto en el museo del Santiago Bernabéu o en los salones y habitaciones de todo aficionado madridista.
Una barbaridad que transformó con el balón pegado al pie, yéndose de los tres zagueros y con un malabarismo que ya firmaron en su día Fernando Redondo en Old Trafford o Emilio Butragueño en Cádiz. Simplemente magia. El argentino lo hizo en Europa y pasó a los anales de la historia de la Copa de Europa, al igual que lo hizo Karim. También el ahora Director de Relaciones Institucionales lo logró en Cádiz pegado a la línea de cal, y logró una jugada que permanece en el recuerdo de todo seguidor merengue. Al igual que Karim en el Vicente Calderón. Tremendas las tres jugadas por igual y las tres terminaron de la mejor forma, con gol.
Antológico Benzema
Redondo logró que se le cayese la baba a millones de madridistas el 19 de abril del 2000 en Manchester. Eran los cuartos de final de la Champions League. Butragueño hizo lo propio un poco antes, en 1987 en una eliminatoria de Copa ante el Cádiz. Benzema lo logró el 10 de mayo de 2017 para asistir a Isco y gritar al unísono “¡Nos vamos a Cardiff!”. Karim cuela su obra de arte en el museo madridista. Una jugada que durará lustros en la retina del madridismo.
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