En ese mismo instante y tras la ‘provocación’ del hincha azulgrana la plantilla se le quedó mirando desde las alturas del propio autobús de los campeones, mientras que el hombre ataviado con la camiseta barcelonista se daba golpes en el pecho.
Los jugadores no le dieron mayor importancia y prosiguieron su camino a Cibeles dónde le esperaron más de 50.000 personas para celebrar el título liguero tan deseado.
Así fue el momento dónde se cruzaron con el aficionado culé:
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