Alves no es precisamente un jugador querido en el vestuario del Real Madrid, y con razón. El brasileño es pura chulería, altanería y falta de respeto a todo lo que huele a madridista. En la previa del último Balón de Oro, Cristiano Ronaldo le negó el saludo tras estas palabras del brasileño: “Cristiano es demasiado personaje, se cree demasiado protagonista. Messi es el mejor del mundo”. El luso le negó el saludo y Alves se puso chulo: “me ha negado el saludo, pero me da igual, he dormido de puta madre”.
Con Ramos, también se las ha tenido tiesas. Ha intentado darle lecciones de sevillismo tras la última visita del Madrid al Sánchez Pizjuán. Ambos ya tuvieron un gran roce en la Supercopa de España 2011 que terminó con una tangana monumental entre los dos equipos.
El Real Madrid quiere llevarse la duodécima a la vitrina por sus aficionados, por su historia, por la satisfacción personal de seguir mandando en Europa pero también quiere ganarla para restregársela al bocazas ex barcelonista. Dani Alves es tan buen jugador como provocador. A ver quién ríe el último esta noche…
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