El malagueño conquistó el Mundial de Clubes en 2014, siendo titular, volvió a hacerlo en la Copa del Rey de Mestalla ante el FC Barcelona, repitió su hazaña en la Supercopa de Europa de esta temporada en Trondheim y lo volvió a hacer posible en el Millenium Stadium.
En Gales logró su cuarto éxito con el Real Madrid partiendo desde la titularidad y condujo al equipo hacia la victoria. El centrocampista es un ‘seguro’ para las finales y volvió a quedar demostrado sobre el césped del territorio galés.
El estado de gracia del andaluz le hizo posible partir desde la titularidad y tener la opción para ser de nuevo el jugador clave del equipo y el ‘amuleto’ talismán del madridismo. Con Isco, el éxito está garantizado. Zinedine Zidane le sacó de inicio y no defraudó ante la 'guerrera' Juventus de Turín, en un partido de máxima dificultad que terminó con la Duodécima 'tiñendose' con el blanco del Real Madrid.
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