Todos los jugadores estaban citados por Zidane a las diez de la mañana, hora local, en las instalaciones de UCLA en Los Ángeles, salvo Morata, que en ese mismo momento estaba firmando su contrato con el Chelsea.
Zidane se encontró con 26 de los 27 futbolistas que hasta ese momento tenía a sus órdenes mientras que Morata se ausentó, con permiso del club, para terminar de cerrar su salida.
El que sí estuvo fue Sergio Ramos, que ya parece estar recuperado de sus problemas en el oído y trabajó junto con sus compañeros al mismo ritmo.
Por su parte, los jugadores que siguen estando a las órdenes de Zidane se dividieron en varios grupos para hacer diferentes ejercicios físicos con una intensidad muy alta, como es habitual con Pintus, el preparador físico.
De hecho, hasta los porteros trabajaron junto al resto de sus compañeros, al contrario de lo que suele pasar cuando el balón se adueña de los entrenamientos del Real Madrid.
Después de la paliza física llegó el momento de ponerse las botas y hacer, ahora ya sí, trabajo con el balón pensando ya en el partido del domingo ante el Manchester United.
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