En el club no entienden cómo Borbalán pudo equivocarse tanto en la misma dirección
El balance que dejó el choque se puede hacer rápidamente: hasta tres penaltis no señalados (uno de
Lucas a Sergio Ramos, otro de
Torres a Nacho y una mano de
Godín en su área) y dos expulsiones perdonadas (a
Lucas por doble amarilla y a
Savic por durísima falta a
Kroos) al
Atlético de Madrid. Fueron hasta cinco lances importantes y otros menores (como la agresión de
Correa a
Benzema al darle un balonazo en la cabeza cuando estaba en el suelo) en los que el árbitro
Fernández Borbalán no hizo nada. Y lo peor de todo es que con este colegiado el madridismo ya tenía la mosca detrás de la oreja antes del partido.
Así, según informa este domingo el diario
'Marca' el enfado del
Real Madrid es de los que hacen época. En el club mantienen su política de callar y no quejarse públicamente de los arbitrajes, pero la situación está haciendo que los dirigentes blancos se estén mordiendo ya tanto la lengua que casi se están haciendo sangre. Y es que entienden que esta temporada está quedando más claro que nunca que el saldo arbitral favorece al
Barcelona en la pelea por la
Liga.
Entre el madridismo existe la sensación que tras ganar el título de la pasada temporada ahora hay una tendencia arbitral a favorecer a los culés y perjudicar al equipo blanco para que estos últimos no logren su segunda Liga consecutiva. En las oficinas de
Chamartín manejan ya informes con más de una decena de penaltis escamoteados en lo que llevamos de temporada. Lo que lógicamente se traduce en puntos perdidos y en esta terrible desventaja de 10 puntos con los de
Valverde.
Por eso, escándalos como el del
Wanda solo sirven para reafirmar al
Real Madrid en su postura respecto a este asunto. En el club apoyan la decisión de implantar el
VAR la próxima temporada, si bien no acaban ahí sus peticiones. También piden más transparencia a la hora de trabajar con los colegiados, ya que quieren que las designaciones de árbitros para las jornadas sean puramente por sorteo y que el sistema de puntuaciones y valoraciones sea algo público. Medidas que, en definitiva, pretenden acabar con el ocultismo imperante en el fútbol español, y que en pleno
siglo XXI sigue siendo
sospechoso e incomprensible.