Una victoria para tumbar un gafe peligroso

El Real Madrid sólo había ganado uno de sus últimos cuatro partidos oficiales.


Zinedine Zidane

Zinedine Zidane




Ganar en el partido de Champions de este martes era primordial para el Real Madrid por varias razones. La primera y fundamental, conseguir el pase matemático para los octavos de final de la máxima competición continental; pero no era la única, ya que recuperar confianza era otra de las claves después de una serie de resultados negativos que tenían incendiado al madridismo.

Y es que el Real Madrid sólo había ganado uno de los últimos cuatro encuentros oficiales sumando todas las competiciones, ante Las Palmas. Los blancos perdieron en Girona, perdieron en Wembley y a pesar de que las sensaciones mejoraron no pasaron del empate sin goles ante el Atlético de Madrid en el primer derbi del Wanda Metropolitano. Eran resultados impropios de un equipo que aspira a conseguir todos los títulos posibles esta temporada, y tocaba cortar de raíz cuanto antes con esa dinámica negativa.

Una victoria balsámica y a pensar en el siguiente partido

Con la victoria conseguida ante el APOEL el Real Madrid consigue los dos objetivos que tenía este martes y ya piensa en su próximo compromiso, ante el Málaga en el estadio Santiago Bernabéu. Los de Zidane necesitan un nuevo triunfo ante el conjunto andaluz en un encuentro que puede servir para recortar con la cabeza de la tabla, teniendo en cuenta el complicado compromiso que tiene el FC Barcelona en Mestalla ante el Valencia, el gallito de la competición esta temporada.


En caso de ganar este sábado, los blancos cambiarán el 1 de 4 (25%) por el 3 de 6 (50%). No es lo ideal para el conjunto madridista, pero vendrán tiempos mejores. Zidane y los suyos trabajan para ello y esperan que la victoria ante el APOEL sea el inicio de una racha positiva de victorias con la que encarar en un par de semanas el Mundial de Clubes, el segundo gran objetivo de la temporada tras las Supercopas.