Lloraron con Cristiano y ahora, ridículo con la renovación de Messi

Hace tiempo que con la última renovación de Cristiano con el Real Madrid se le estableció una cláusula de rescisión de 1.000 millones de euros. Una cifra totalmente 'anti jeques' y que indignó a parte de la directiva del Barça, personificado en el su director general Óscar Grau.

En su momento declaró que: "La cantidad que se fija para la cláusula de rescisión de un jugador va en función del salario que tienen. Una cláusula de 1.000 millones no sería defendible ante los tribunales por este motivo. está fuera de mercado". Más tarde, otros jugadores del club han prolongado su contrato y se les ha subido esa cláusula para evitar otro 'caso Neymar', que bien conocen en Barcelona. La prueba de lo patéticos que resultan y de la doble moral que llegan a tener ha sido la reciente renovación de Messi hasta 2021.

Y es que tras la enésima firma (va casi a renovación por temporada), su cláusula de rescisión se ha fijado en 700 millones de euros. ¿Qué dirá Óscar Grau ahora?, ¿es igual de defendible en un tribunal o es que sólo interesa cuando está el Real Madrid de por medio?. De nuevo, la doble moral que impera en Barcelona con respecto a que asuntos es evidente, lamentable.

Messi, 'amor' eterno al Barça

La directiva de Bartomeu siempre defendió que el padre y los abogados del futbolista habían firmado en su momento su renovación, pero la realidad es que para hacerla efectiva hacía falta que el jugador accediera a hacerse la foto y estampara su firma sobre el papel. Algo que no ha sucedido hasta este sábado, cuando sorpresivamente el 'crack' se ha acercado a las oficinas del Barcelona para posar sonriente con el propio Bartomeu y devolver la tranquilidad a la afición culé.

Así, Messi ha renovado hasta el 30 de junio de 2021 y ha acabado con los rumores. En solo 36 días hubiera quedado libre para negociar con cualquier otro club, una situación que el conjunto culé no se podía permitir. Así, finalmente ha conseguido que su estrella diera el brazo a torcer y se hiciera la foto junto a un presidente al que no admira. Más bien todo lo contrari, ya que sus diferencias son evidentes y solo están unidos por el vínculo profesional.

Por detrás quedan 143 días en los que el 'crack' ha callado y ha alargado todo este asunto sin ninguna necesidad. Y es que, ¿por qué no se hizo la foto en julio y ha esperado a noviembre? Sencillamente porque le ha interesado mantener en tensión a la directiva culé y hacer sufrir a los socios y aficionados. Su intención siempre ha sido renovar su contrato, pero con esta tardanza le ha dejado claro al mundo que no está del todo cómodo con el trabajo de la directiva y que, además, todo el proceso independentista catalán le ha generado ciertas dudas.

De todas formas, una vez que la foto ya está hecha al barcelonismo poco le importará todo lo padecido. Lo relevante es que Messi vestirá su camiseta al menos tres años y medio más. Aunque eso sí, los que no somos culés ya nos encargamos de recordar todo lo ocurrido en estos últimos meses y de señalar que esta es la ¡octava! renovación de Messi en los últimos 13 años. Para que luego digan que tiene 'amor' por sus colores...