Mateo Kovacic volverá a sentirse futbolista ante el Fuenlabrada y ya se prepara para ser el 'anti-Messi' en el próximo clásico.
El mediocentro croata del Real Madrid, Mateo Kovacic, volverá ante el Fuenlabrada a sentirse futbolista en el césped del Bernabéu. Se lesionó ante el APOEL, precisamente en el feudo blanco, y desde entonces hay un antes y un después en el juego del equipo sin él en el campo. El balcánico fue uno de los grandes artífices de la exhibición supercopera en el Camp Nou.
Mateo Kovacic está preparado para volver a rendir al 100% y aportarle al equipo merengue ese físico tan necesario para volver a ser la ‘máquina’ que fue en las dos supercopas de verano. El croata, sin duda alguna, le dará un plus de calidad al equipo en el centro del campo y será una de esas piezas fundamentales del Plan B que tanto éxito le dio al equipo blanco la pasada temporada. Ya se ha marcado como objetivo jugar el 23-D en el Santiago Bernabéu ante los culés.
Zinedine Zidane le tendrá muy en cuenta para dicho partido y quiere que llegue al 100% de sus facultades físicas. La idea es abrirle paso en las alineaciones poco a poco para poder usarle en el primer clásico liguero y repetir la historia de los dos primeros partidos oficiales de la temporada ante los azulgrana: ser el ‘azote’ culé. Lo fue en los Estados Unidos siendo el mejor en el campo y lo fue en las dos supercopas siendo el anti-Messi.
El argentino no olió el balón con el férreo marcaje del croata en el campo y tendrá, nuevamente, a su gran antídoto como enemigo en el 23-D. Es la idea del francés. El madridismo ya está deseando volver a un futbolista que costó apenas 30 millones en 2015 y que justifica su precio partido tras partido en el campo. Vuelve Mateo, vuelve la fuerza.
El año más difícil de Bale:
Gareth Bale volverá a la titularidad esta noche ante el Fuenlabrada. El galés, junto a Borja Mayoral, es el único atacante que tiene Zinedine Zidane para la vuelta copera. Lo hará tras pasar 365 muy aciagos que han tenido sonrisas y lágrimas. El expresso de Cardiff ahora se marca el objetivo de volver a su mejor nivel de forma que asombró a finales de 2016 en el Santiago Bernabéu.
El 29 de noviembre de 2016 fue el fatídico día que marca el calvario vivido por Gareth Bale. En Londres, en el hospital King Edward VII, se operó de los tendones peroneos de su tobillo derecho. Una lesión que sufrió ante el Sporting de Portugal cuando mejor estaba rindiendo y asombrando al madridismo. Todo cambió ese día: ha vivido un auténtico calvario.
Esa lesión le impidió estar con el equipo hasta mediados de febrero. Algo que implicó que se perdiese el Clásico (1-1), el Mundial de Clubes en Yokohama que ganó el Real Madrid, además de toda la competición copera (no volvió a jugarla ya que se cayó ante el Celta de Vigo) y parte del tramo decisivo de la Liga. El 18 de febrero volvió al césped ante el Espanyol y marcó un golazo en su reencuentro con el Bernabéu. Ese día salió en hombros del estadio. Luego jugó contra Valencia y Villarreal y llegó a los plazos marcados para su vuelta al terreno de juego.
En marzo todo se volvió a torcer, sin embargo, esta vez no fue por las lesiones. Ante Las Palmas vio una cartulina roja en Liga y se quedó dos partidos fuera por sanción. Bale, que había acortado los plazos de su recuperación, empezaba a notar molestias y le pesaban las piernas en el campo. Su rédito goleador y pasador disminuyó considerablemente.
Ese ‘tira y afloja’ con las lesiones le dejó sin Clásico. Intentó jugarlo ‘infiltrado’ tras volverse a lesionar en Múnich y en el minuto 39 se rompió del todo. En el alambre quedaba otra vez su reaparición y corría riesgos de quedarse fuera de la final de Cardiff. Mayo se lo perdió entero y por ende no pudo estar en lo más decisivo de la Liga 33ª con sus compañeros. Tampoco en las semifinales de Champions dónde emergió la figura de Isco que se asentó en el 11 titular sin el galés. En Cardiff no se correrían riesgos con él.
Tuvo un papel secundario en el Millenium Stadium ante la Juventus de Turín y posteriormente se perdió por sanción con Gales un partido clave para estar en el Mundial. El final de temporada también fue complicado para Gareth. Julio llegó con los constantes rumores sobre su salida, aunque finalmente le juró lealtad al Real Madrid y se quedó. Las dos supercopas veraniegas (con un juego excelso del equipo) se ganaron con él en el terreno de juego y un fútbol primoroso. En el inicio de Liga marca gol y en Champions hace lo propio ante el Borussia con una exhibición, pero ese día se vuelve a romper…
Viajó tocado a Gales para ayudar a los suyos a estar en el Mundial y recae de su lesión, nuevamente, además de caer eliminado y no poder estar en Rusia el próximo verano. Un mes negro para Gareth que lo culmina con una recaída de su lesión cuando preparaba el derbi. Y ahora vuelve a estar recuperado 365 días después. Gareth trata de dejarlo todo atrás y hacer un borrón y cuenta nueva para reconciliarse con el madridismo. ¡Tú puedes, Gareth!
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