El Real Madrid todavía no ha recuperado el nivel de forma deseado, ese físico que hizo ganar la Champions en Cardiff al equipo de Zidane y las dos Supercopas en agosto. Ese nivel de forma que se transmitía en buen juego, superioridad, confianza y goles, muchos goles. En San Mamés jugaron los mismos once que frente a la Juventus en la final, pero no eran los mismos, y si la cosa no funciona, hay que hacer cambios.
El desgaste del mes de agosto, de la acumulación de partidos de la temporada pasada, y de las nueve lesiones que ha sufrido la plantilla blanca esta temporada han pasado factura, pero no a todos. Mayoral y Ceballos, por ejemplo, están frescos, con ganas de demostrar su talento, pero se encuentran sin posibilidades de hacerlo.
El Madrid también necesita más que nunca el regreso de Kovacic, uno de los jugadores más destacados del inicio de curso que vio truncado su gran momento debido a una inoportuna lesión. El croata rompe líneas y puede desatascar el centro del campo con arrancadas verticales. Zidane podría alinearle en Champions frente al Borussia.
El Real Madrid también necesita el regreso de Bale, un jugador que abre el campo, que corre la banda y pone centros magníficos. Lucas Vázquez no pasa por su mejor momento, y el conjunto de Zidane, para buscar el gol, necesita jugar por las bandas para desarbolar las defensas rivales.
Evidentemente, el Madrid necesita el Cristiano de Champions también en la Liga. Sus goles curarán todas las heridas del conjunto merengue, y esperemos que vuelvan cuanto antes.
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