Los 10 peores fichajes de la historia del Real Madrid

Un repaso por los peores fichajes que ha hecho el Real Madrid en su historia.


los peores fichajes del Real Madrid

los peores fichajes del Real Madrid




FAUBERT

El francés fue todo un show en su única temporada (2008-2009) en el Real Madrid. Llegó cedido por el West Ham a cambio de 1’5 millones de euros con opción de compra de seis millones de euros.




Apenas disputó 60 minutos repartidos en dos partidos. No fue capaz de convencer a Juande Ramos y, además, tuvo dos episodios que resultan cómicos actualmente, pero que no hicieron gracia en su momento: no fue a entrenar un día creyendo que tenía día libre y se durmió en el banquillo cuando estaban disputando un partido. Lo dicho, un show.

Obviamente, el Real Madrid no optó por ejercer la compra y Faubert regresó a Inglaterra sin haber sido capaz de demostrar lo que se esperaba de él.


 


DRENTHE

EL holandés llegó en 2007 como futura estrella tras realizar una Eurocopa sub 21 espectacular. Debutó con un golazo en la vuelta de la Supercopa de España de ese mismo verano y todo el mundo se frotaba las manos con el jugador que venía. Su velocidad dejaba incrédulos a los aficionados madridistas.



Sin embargo, no fue capaz de mantener un nivel óptimo y de jugar con regularidad. Decepcionó muchísimo y no convenció a ninguno de los entrenadores que tuvo, desde Schuster hasta Mourinho.

Fue cedido al Hércules para que recuperase la confianza e hizo amagos de volver a ser el que era, pero su indisciplina acabó por finiquitar sus posibilidades.


 

EDWIN CONGO

El delantero colombiano llegó al Real Madrid, en 1999 (año de fichajes desastrosos), por cinco millones de euros.

Fue cedido inmediatamente y se incorporó finalmente a la plantilla en la temporada 2001-2002. No disputó un solo minuto en un equipo repleto de estrellas.



Fue un fichaje arriesgado y el club lo pagó caro: cinco millones mal invertidos. Al final, Congo fue cedido al Levante y fue capaz de mantener la regularidad y vivir dos ascensos.


 

CASSANO

El jugador italiano llegó al Real Madrid en 2006 como fichaje estrella. El atacante tenía un talento y una calidad descomunal, pero sus problemas de sobrepeso y fama de fiestero lo condenaron.

Contó con pocos minutos con López Caro y, posteriormente, parecía que la llegada de Fabio Capello le iba a venir bien, pero no fue así. Rajó de su entrenador y fue apartado por indisciplina.



Finalmente, se fue a la Sampdoria, donde disputó sus mejores años. Sin duda alguna, este fichaje quedará como un fracaso más por su incapacidad para ser un jugador centrado, regular y con ambición, que por falta de calidad.


 

ALTINTOP

Hamit Altintop llegó como jugador multiusos para el Real Madrid de Mourinho en la temporada 2011-2012. Su paso por Chamartín fue un fracaso. Llegó del Bayern tras hacer unas buenas temporadas.



Destacaba por su polivalencia, llegada al área y buen disparo. La realidad es que disputó tan solo 12 partidos y marcó un gol.

Mourinho nunca confió en él y tuvo que acabar yéndose al Galatasaray, donde gozó de continuidad y un nivel óptimo.


 

BALJIC

Otro fracaso del verano de 1999. El bosnio llegó a petición de Toshack procedente de la liga turca. Baljic era apodado como “el Rivaldo de los Balcanes”.



De Rivaldo tuvo poco y los 15 millones de euros el Madrid en su fichaje acabaron siendo en vano. Se lesionó (rotura de ligamentos) y prácticamente no jugó esa temporada.

Se fue del club y en la temporada 2001-2002 jugó en el Rayo Vallecano, donde también fracasó. Acabó jugando en Turquía.


 

GRAVESEN

El jugador danés destacó más por su peculiar y extravagante personalidad que por su desempeño dentro del terreno de juego. Llegó para suplir a Claude Makélélé.

Su rol, el de centrocampista defensivo, era vital en el Real Madrid de los ‘galácticos’. Un equipo repleto de estrellas que necesitaba un muro en el medio, un conector entre el ataque y la defensa.



Por desgracia, Gravesen no consiguió cumplir su función y, a pesar de contar con bastantes minutos, nunca se ganó el cariño del Bernabéu.


 

KAKÁ

El jugador brasileño era toda una delicia. Llegó al Real Madrid en 2009 con una Champions y un Balón de Oro en su mochila, una Copa Confederaciones donde fue el mejor y con el cartel de ‘galáctico` de la segunda era de Florentino Pérez. Costó 67 millones de euros.



Su primera temporada fue aceptable, pero en verano de 2010, tras el Mundial, hizo pública su problemática lesión, la que frustró su sueño de triunfar en el Real Madrid.

A pesar de su indudable calidad, no fue capaz de recuperar su nivel y acabó regresando al Milán buscando volver a ser el que era, pero solo dejó algunos destellos y se fue a Estados Unidos a jugar en el Orlando City.


 

CANABAL

El jugador español de Pontevedra llegó al Real Madrid en 1996 procedente del Mérida. El conjunto blanco pagó por el delantero algo menos de cinco millones de euros.



Canabal medía 1’95 metros, una barbaridad que suponía un plus en el juego aéreo, pero también era uno de los jugadores menos talentosos que se recuerdan con la camiseta del Real Madrid. Fue Fabio Capello el que apostó por su fichaje.

Tras una temporada sin apenas oportunidades, fue cedido al Valladolid y, posteriormente, estuvo en otros equipos españoles como Alavés, Rayo Vallecano y Málaga.


 

WOODGATE

El central inglés llegó al Real Madrid en 2004 como una de las mayores promesas de fútbol británico procedente del Newcastle y costó alrededor de 22 millones de euros.



Destacaba por encima del resto tanto para defender como para sacar el balón jugado, pero en el Madrid fue incapaz de triunfar, entre otras cosas, por las continuas lesiones musculares. De hecho, debutó en la temporada 2005-2006, es decir, un año después de llegar. Su primer partido fue horrible y acabó con un gol en propia meta y expulsado. Para olvidar.

Volvió a la liga inglesa y mantuvo un nivel notable, sobre todo en el Tottenham, donde anotó el gol decisivo en la final de la Copa de la Liga.