El mejor recuerdo que tiene Mijatovic de la Séptima

Hoy se cumplen 20 años de su histórico gol que supuso la consecución de la Séptima Copa de Europa frente a la Juventus de Turín.


Gol de Mijatovic en la Séptima

Gol de Mijatovic en la Séptima




Recuerdos de la Séptima

"Que estábamos todos cagaos. Porque veíamos la Champions como una misión imposible. No había nada que nos hiciera pensar que podíamos ganar el título cuando empezó la temporada. El Madrid había tenido grandes jugadores y generaciones, como la Quinta del Buitre, y no lo había conseguido. ¿Por qué nosotros?"

Clave de la victoria

"Porque éramos amigos, sin gente complicada, sin gente mala. Nos gritábamos y criticábamos entre nosotros, pero a la cara. Teníamos buena comunicación. Puede decirse que la Séptima la ganó la amistad. Llegamos casi al mismo tiempo al Madrid, que el año anterior había cambiado al equipo con la llegada de Fabio [Capello]. Ganamos la Liga, en lucha con un gran Barça, el de Ronaldo. Ese año no jugamos en Europa. Mentalmente, no estábamos preparados para afrontar dos competiciones fuertes a la vez. Al siguiente, llegó Heynckes y muy pronto nos descolgamos en la Liga, como ahora. En la Champions, en cambio, empezamos a notar que íbamos finos."

Trabajo con Heynckes y Capello

"Heynckes era más participativo y cariñoso que Fabio. Quizás después de un año de mucha exigencia, necesitábamos eso. Por mucho que se diga, el entrenador tuvo su papel. Fue inteligente. A mitad de temporada se dio cuenta de que tenía jugadores de mucho carácter, a los que no podía manejar como en otros equipos, y se adaptó. Lo reconoció en una reunión con nosotros. Cualquier otro técnico se habría sentido ofendido y se habría impuesto. Habría sufrido el síndrome de entrenador y ello habría creado problemas en el ambiente. Así es imposible ganar un título. Empezamos a tener charlas en las habitaciones o en la sala de masaje. Todos hablábamos. Jamás había vivido algo así en toda mi carrera y no volví a hacerlo. Heynckes me tenía un cariño especial. Yo también a él. Había sido delantero y sabía mucho del área. Me insistía en perfilarme en los controles, me decía que eran medio gol. Los delanteros de clase no se contentan con el gol. Quieren hacer algo precioso, una gran obra. A mí me pasaba, pero él era más pragmático, muy alemán. Me decía: «Lo importante es que entre el balón en la portería»."

Sin experiencia en finales

"Claro, claro... No teníamos experiencia en esas finales, salvo Panucci y Seedorf, que ya la habían ganado. Tampoco el club, que no llevó ni champán y lo celebramos con el de la Juve. Si perdíamos no podíamos volver a Madrid, con la Liga de pena que habíamos hecho. La situación se parecía a la actual sólo en eso, porque ahora el favorito es el Madrid, no el Liverpool. Entre nosotros, nos decíamos que mejor nos íbamos directamente al Mundial [Francia'98]. Pero a los pocos minutos de empezar nos dimos cuenta de que la Juve no estaba cómoda. Habían ganado el scudetto y pensaban que la final sería fácil. Zidane tuvo mucho balón y un disparo al empezar, pero se atascaron. Entonces nos miramos y nos dijimos que era posible, pero había que organizarse."

Palabras con Hierro

"Fernando [Hierro]. Era un jugadorazo, pero sobre todo era el líder total del equipo. Si te mira y te da una orden sabes que tienes que cumplirla. Si no, te cae la bronca. Yo le decía: «Sí, papi, ya voy». [Risas]"

Significado del gol y celebración tras 32 años sin ganar

"Seguramente lo he sido más después. Había llegado a España en el 93 y al Madrid en el 96, dos años antes de la final. Con el paso del tiempo y mi mayor conocimiento del club, he podido darle la importancia que tiene. Fernando y Raúl me lo decían y me lo han repetido después. Ellos ganaron la Octava y la Novena también, pero siempre admiten que como la Séptima, ninguna. He visto las celebraciones posteriores y no se pueden comparar a aquella. Desde el aeropuerto hasta Cibeles tuvimos un cordón de gente que gritaba nuestros nombres."

Fichaje por el Madrid

"Pasieguito, al que envío el Valencia a ver un partido del Partizan de Belgrado, en el que yo era capitán. Entonces no podíamos competir en el extranjero, debido a las sanciones por la guerra, así que sólo me conocían en Yugoslavia. Tuvimos que ir a Bulgaria para poder viajar a España. Al llegar a Valencia, no había nadie esperándome. No me conocía nadie. Era verano y entonces tomé una de las decisiones mejores de mi vida. En vez de irme de vacaciones a mi país después de firmar el contrato, decidí quedarme a entrenar solo, 20 días. Cuando empezó el stage, ya estaba al 70%. Fui el máximo goleador de los equipos españoles en la pretemporada. En Valencia la gente me quería muchísimo, por eso fue turbulenta la salida, por el amor que sentían por mí."

Vida tras el fútbol

"Por supuesto, pero también por mi hijo, por mi familia, no sólo por el fútbol. La Champions me llevó a la historia y él me sujetó a la realidad. Me dio el equilibrio. Pero habría cambiado todo, el fútbol, la Séptima, todo, por haber escuchado a mi hijo decirme papá, algo que nunca pudo hacer, por haber podido llevarlo al colegio o haber jugado a la pelota con él. Las personas que pasamos por algo así cambiamos. Yo, por ejemplo, me considero bueno en solucionar problemas de los demás, porque creo que la mayoría tiene solución. Hay otros que no. Es duro. Eres un ídolo pero no eres nadie. Nació en el 94 y murió en 2009, y mis mejores años en el fútbol coincidieron con su enfermedad. Con el tiempo, he sacado la conclusión de que mi hijo tenía una misión conmigo: impedir que me volviera loco por la fama. Yo era un candidato claro a hacerlo, pero ahí estaba él, la realidad. Muchos días después de entrenar cogía el coche y me iba a Valencia. Pasaba la tarde y por la noche volvía por la carretera para estar en el entrenamiento del día siguiente. En el hospital, veía a otros padres y me decía: «Pedja, tienes suerte porque puedes pagar otros médicos. Ellos, no»."