Los mejores vuelven a hacerlo: ¡La Decimotercera es blanca!

El Real Madrid se impuso al Liverpool en la final de la Champions por 3-1.


Campeones de Europa

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Puesta en escena

Después de una semana con mil y una elucubraciones tanto de táctica como de suposiciones sobre el partido lo cierto es que la puesta en escena fue mejor del Liverpool. El Real Madrid quería tener la pelota, sí, controlar el ritmo, también, pero es que los ingleses tampoco le hacían ascos a ese planteamiento. Todo lo contrario.


Lentitud del Madrid

De hecho, aún sin tener que ver en acción a Keylor Navas, fueron los de Liverpool los que empezaron dando mayor sensación de peligro…sin necesidad de tener la posesión. El Madrid tocaba en horizontal pero con lentitud extrema, buscando el desgaste del rival pero sin mucha mayor pretensión, al menos en el corto plazo. Eso hizo que las pelotas más peligrosas del arranque del encuentro merodearan más al área del portero madridista que la del Liverpool.



Navas, salvador blanco


Es más, la presión asfixiante de los ingleses era tal que, por momentos, el Madrid parecía sentir que estaba jugando contra 12 ó 13 futbolistas. Salah, Mané y compañía eran auténticas estampidas no solo para contragolpear sino también para lanzarse a por cualquier intento de salida de balón, especialmente cuando eran los centrales y los laterales los que intentaban moverla.



Los pelotazos de los Carvajal, Marcelo, Varane o Ramos terminaban en nada y Keylor Navas tuvo que intervenir con acierto tras un gran remate raso de Arnold que buscaba la red de la portería madridista.



Lesiones de Salah y Carvajal

Bordeando la media hora de partido se produjeron dos noticias desagradables casi del tirón. Los tristes protagonistas, Salah y Carvajal, tuvieron que abandonar el terreno de juego llorando. Ambos se lesionaron, primero el egipcio en el hombro y poco después el canterano con un problema muscular con el agravante, además, de tener el Mundial a la vuelta de la esquina.




Dos imágenes impactantes ver a Mohamed y a Daniel tener que tomar el túnel con la dirección contraria a la deseada.


 

Gol anulado a Benzema

Con la lesión de Salah el Real Madrid respiró. Y lo hizo porque el Liverpool pasó a defender algo más atrás, también por el cansancio acumulado, algo que ayudó a los de Zidane a desperezarse y a soltarse un poco más. Fruto de ese cambio de chip llegó la única gran ocasión de los blancos en el primer acto. Un remate de Cristiano Ronaldo de cabeza que despejaba Karius le caía a Benzema para que el francés metiera el balón en la portería inglesa. Sin embargo, el colegiado anuló la jugada por fuera de juego. Se da la circunstancia de que el remate del portugués sí estaba en posición incorrecta pero no fue señalado por el colegiado que, por el contrario, sí marcó como ilegal el emboque de un Karim cuya posición era milimétricamente correcta…o no. Muchas dudas.



Isco, al larguero

Si en el primer tiempo las ocasiones habían llegado con cuentagotas, en la segunda mitad se abrió el paraguas de las acciones ofensivas. A los dos minutos de la reanudación Isco tuvo una ocasión clarísima que estampó contra el larguero de la portería tras encontrarse con un rechace de la defensa inglesa.



Gol de 'pillo' de Benzema

El aviso del Real Madrid iba a dar paso a lo que de verdad sí iba a ser un golpe. Un clamoroso error de Karius al sacar con la mano una pelota permitió que Benzema, que estuvo tan intuitivo como hábil, le robara la cartera poniendo la pierna justo en la dirección en la que sacaba el portero alemán.




El impacto del cuero en la bota de Karim hizo que el balón fuera rotando despacito hasta la red del Liverpool. El Madrid abría la final de una forma insólita, inesperada.



Empate del Liverpool de la forma esperada...de córner

En los días previos ya se había advertido, con los datos en la mano, que el Liverpool era un equipo especialmente peligroso en las acciones a balón parado. A pesar del aviso al Madrid le comieron la tostada en un saque de esquina en el que Lovren le ganó el salto a Ramos y Mané lo aprovechaba en el segundo palo para empujar a la red de Keylor Navas el empate a uno.



Gol histórico de Bale

El Madrid le había dado vida al Liverpool gracias a una jugada de estrategia y el riesgo de meter a los ingleses, que estaban algo decaídos, en el partido era grande. Zidane decidió cambiar a Isco por Bale, devolviendo a la ‘BBC’ al protagonismo máximo. En esta ocasión el movimiento le salió impecable al entrenador madridista porque Bale iba a marcar un golazo apenas tres minutos después de entrar al campo.



Algunos hablarán de chilena, otros de volea. Da lo mismo. El caso es que Bale marcó el mejor gol de su carrera en esta final. Un remate de espaldas a portería, con el efecto justo y la precisión más espectacular. El galés puso la pierna arriba y cocinó un golpeo imparable para Karius. La pelota fue alejándose del portero mientras Gareth estiraba su sonrisa. Un golazo al estilo del que logró Cristiano en Turín. El súper gol de Mestalla ante el Barcelona en el que ridiculizó a Bartra ya tenía un ‘hermano’.



Bale, doblete para sentenciar la final

Esta final siempre será recordada por la aparición estelar de Bale desde el banquillo…y porque Karius, portero del Liverpool, cometió un segundo error para acompañar al que había tenido en la acción del 1-0. Bale, que era consciente del nerviosismo que tenía el portero del equipo inglés, se jugó un zapatazo lejano que le dobló las manos de manera infantil al cancerbero del Liverpool. Un error infantil que, eso sí, sólo se puede provocar si pruebas a rematar a puerta. La Decimotercera ya era madridista. La historia  se volvía a escribir de blanco y se confirma aquello de que el Madrid no juega finales, el Madrid las gana ¡CAMPEONES!




Ficha técnica

Real Madrid 3: Keylor Navas; Carvajal (Nacho 36’), Ramos, Varane, Marcelo; Kroos, Casemiro, Modric, Isco (Bale 60’); Cristiano y Benzema

Liverpool 1: Karius, Arnold, Lovren, Van Dijk, Robertson, Henderson, Milner (Emre Can 82’), Wijnaldum, Mané, Salah (Lallana 30’) y Firmino

Goles: 1-0 Benzema (50’), 1-1 Mané (55’), 2-1 Bale (63’), 3-1 Bale (83’)

Árbitro: Milorad Mazic (SRB). Amonestó a Mané

Estadio: Olímpico de Kiev.