El polaco se posicionó para salir del club alemán y así se lo comunicó a los muniqueses: quería ir al Real Madrid. El conjunto bávaro se negó en todo momento y no iba escuchar oferta alguna, fuese de 100 millones o de 200 millones, daba igual.
Es por ello que Lewandowski reculó y se mentalizó para continuar siendo el delantero referencia del Bayern de Múnich, cosa que el club aceptó sin conflicto alguno. El problema es que la afición ha estado al tanto de todo este proceso y no está de acuerdo con ello.
Los hinchas del Bayern de Múnich han estado criticando duramente a Robert durante las últimas semanas e, incluso, un sector de la afición ya no lo quiere ver jugar más el césped del Allianz Arena.
Sin duda alguna es una complicada situación para el delantero polaco, que teme por su rendimiento la próxima temporada si no se siente arropado por la afición. Lewandowski necesita más que nunca sentirse querido, pero ya saben: el público es soberano. No le queda más que reconquistar a base de goles, de esos que se le caen de los bolsillos.
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