Analizando los dos goles, las diferencias son brutales. El tanto de Bale fue maravilloso y decisivo -en una final de Champions que al final ganó y en un momento difícil del encuentro-, mientras que el tanto del jugador egipcio fue normal y corriente -en un partido de Premier League y ante un equipo de media-baja clasificación como es el Everton-.
Los números no mienten. En mayo el diario inglés Daily Mail analizó el tanto midiendo la distancia que separaba al jugador de la portería. Según los cálculos, el galés estaba a casi 14 metros de la puerta defendida por Karius. Pero no es lo único. También han calculado que el galés impactó el balón a una altura de 1,82 metros y le dio una velocidad a la pelota de 61 kilómetros por hora. Datos asombrosos de los que evidentemente no puede presumir Salah...
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