Los blancos, con el costarricense bajo palos, habían ganado los cuatro partidos ligueros previos a la cita en Mestalla.
Desde el regreso de Zinedine Zidane al Real Madrid, Keylor Navas es uno de los nombres propios de los blancos. El portero costarricense, inédito prácticamente desde el comienzo de la temporada -jugó la Supercopa de Europa, los dos primeros partidos ligueros y los tres primeros en la Champions-, independientemente del inquilino en el banquillo, sea Lopetegui o Solari, ha dado un paso al frente.
El preparador francés apostó por él ante el Celta, su primer partido tras su llegada. La apuesta no le pudo salir mejor. El ‘tico’ dejó una gran parada Maxi Gómez y el Santiago Bernabéu se rindió a él de nuevo. Pero Keylor se marchó con su selección para dos compromisos amistosos y lo pagó ante el Huesca, quednaándose en el banquillo.
Zidane, que tenía preparado rotar con el ex del Levante y Thibaut Courtois hasta final de temporada, perdió por lesión al belga y, ante la fatiga por los viajes del costarricense, tiró de Luca, tercer portero e indiscutible en el Castilla. El canterano resolvió el partido con nota. Apenas pudo hacer nada en los dos goles oscenses.
Así, Keylor, con Courtois aún en la enfermería, volvió este miércoles a la titularidad ante el Valencia, el primer test serio con Zidane en el banquillo. Lo hizo como talismán del Madrid -cuatro partidos ligueros y cuatro victorias: Getafe (2-0), Girona (1-4), Betis (1-2) y Celta (2-0)-, pero el club blanco, con el ‘tico’ bajo palos, esta vez perdió, aunque no pudo hacer nada en los goles. De hecho, evitó un tanto más cantado a Carlos Soler en un mano a mano.
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