La primera intervención del belga llegaría en el minuto 10, cuando Courtois sacó al primer palo el disparo de Pozo. Apenas tendría tiempo de respirar el portero, pues en el 17 estaría obligado a realizar la que sería la parada del partido.
Otra vez sería Pozo el rematador, quien intentaría batir la meta merengue con un fuerte disparo raso al primer poste, acción que desbarataría Thibaut gracias a una providencial estirada de su pierna derecha.
Aún tendria tiempo de repeler otro tiro lejano de Bebé, además de mostrarse muy seguro en todos los balones aéreos que pasaban por su radio de acción. Solo le faltó parar el penalti para firmar lo que hubiese sido un partido perfecto. Courtois pretendía no ponérselo sencillo a Zidane y lo ha conseguido: se viene culebrón en la portería