El jugador del Galatasaray que asegura que no tienen miedo al Madrid

Florin Andone habla sobre el Galaasaray Real Madrid, del infierno turco y de los jugadores madridistas


galatasaray real madrid

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¿Existe el infierno turco? He jugado en España, en Inglaterra, en estadios bonitos, en recintos grandes, con mi selección… y llevo cuatro partidos en el Galatasaray y nunca había visto algo como esto. Aquí en Turquía la gente vive y muere por y para el fútbol. Aquí, el Galatasaray es como el Madrid o el Barcelona. Cuando vamos al partido nos golpean el autobús para animarnos, con bengalas. Una presión… No sólo para el rival que viene, también para nosotros...

La mala racha del Madrid: En el último año no son el Madrid de las tres Champions. Tienen dificultades, pero es uno de los mejores, si no el mejor equipo del mundo, aunque sin Cristiano ha perdido efectividad. No les tenemos miedo. Respeto sí, mucho, pero creemos que podemos ganarles, o al menos empatar. Estamos en nuestra casa y con nuestra gente. ¿Qué tenemos que perder?

Hablaba de Cristiano, pero ahora se debate sobre Hazard. ¿Qué cree que le pasa? Le vi en la Premier. Era un escándalo, una locura de jugador. La presencia que tenía y el respeto que despertaba. Quizá se espera que meta cinco goles cada día, pero creo que cuando se sienta cómodo lo va a petar. Le sobra calidad.

Del 'Tigre' al que Mourinho llegó a llamar 'gato'. ¿Qué opina de Benzema? Es uno de los mejores de la última década. Su estilo me gusta y nadie lo puede hacer como él. Es como escuchar a alguien cantar bien, es pura clase. Es diferente. Incluso diferente de mí. Yo soy más torpe, de pegarme con todos… (se ríe). Lo tiene todo.

Gareth Bale no viaja. La cruz del galés son las lesiones en los sóleos. ¿Es cierto que usted estuvo jugando dos meses con un sóleo roto?


Fue en el Depor. Tenía una rotura de grado II. Me aconsejaron parar un mes, pero vino Manuel Pablo y me dijo: "Cuando jugaba los últimos años, siempre estaba roto. Tú calienta bien y sal a jugar". Se me metió en la cabeza y seguí jugando. No fue a más el dolor y estuve dos meses así. Lo fui recuperando mientras jugaba. No sé cómo, pero se me curó solo.