Luka Modric realizó un 2018 realmente histórico en el que aspiraba al premio individual más prestigioso del mundo. El croata fue justo vencedor después de ser un jugador determinante para el Real Madrid y la Selección de Croacia. El 10 madridista ganó esa temporada la Liga de Campeones en Kiev y disputó la final de la Copa del Mundo tirando del carro de una selección modesta. (Modric no terminó de brillar en su último partido como Balón de Oro)
El derroche físico del croata en Rusia será recordado durante mucho tiempo como una de las grandes actuaciones individuales de la historia de los mundiales. Luka defendió, organizó al equipo, marcó goles en momentos decisivos y tuvo la valentía suficiente en las dos tandas de penaltis que tuvo que afrontar Croacia tanto en los octavos como en los cuartos de final.
Luka Modric, el todavía vigente Balón de Oro esté probablemente en el último año de su carrera en el club de Chamartín. Un jugador como el croata merece irse por la puerta grande. Zidane es consciente de ello. Por eso le está dosificando esta temporada para que de lo mejor en el tramo importante, que son los meses de marzo, abril y mayo, donde el Real Madrid puede estar jugándose todos los títulos y con Modric al 100%, es mucho más fácil lograrlo.
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