24 horas de diferencia nos sirven para entender el procedimiento que tantos años llevan haciendo en can Barça. Si vistes con el escudo culé, lo que para unos es mano, para ti no lo será. Se visualiza con el penalti que le pitaron a Sergio Ramos ante el Valencia y con el que le perdonaron (¡¡con revisión de VAR incluida) a Gerard Piqué. Una constante a lo largo de toda la historia del club. (El Barça tiene arbitrajes a la carta: mano de Ramos, penalti; la de Piqué, no)
El central culé es un experto es esa disciplina. Piqué ha cometido penaltis por mano, sin ser señalados, de todos los colores. Su obra culmen, eso sí, será insuperable. Fue en Stamford Bridge, en ese robo al Chelsea, en el 2009 con una mano clamorosa dentro de un partido que pudo acabar con 4-5 penaltis para los blues. Lo vendieron como una épica, claro está, aunque en la retina de todos los aficionados al fútbol quedarán las protestas de Drogba y Ballack tras el atraco a mano armada del conjunto azulgrana.
Algo que también vendieron como épica y fue escandaloso lo hizo Leo Messi. “La mano de Dios”, titularon. El argentino marcó al Espanyol con la mano en una Liga que hubiese estado manchada por el escándalo si Raúl Tamudo no hubiese marcado a la postre. Quedó como el ‘Tamudazo’, pero pudo ser el ‘escandalazo’. Para escándalo el de Sergi Barjuán en la 99-2000 en un Clásico. El culé evitó un gol del Real Madrid con la ayuda de la mano y el árbitro, por aquel entonces, ya siguió las consignas antimadridistas de la RFEF.
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