Fue uno de los primeros partidos de Liga, el primero en el Santiago Bernabéu, y dejó un muy mal sabor de boca en Zinedine Zidane. Un duelo que terminó 1-1, tras el gol de Benzema en el 82’, con una jugada aislada que aprovechó Sergi Guardiola en el 88’ de la segunda mitad. El marsellés lo tuvo muy claro: “Teníamos que haber mandado el balón a tomar por saco...”. Si hay situaciones parecidas es lo que deberán hacer los jugadores en Valladolid.
Un partido en el que el Real Madrid dominó (22 tiros y 67% de posesión), pero que dejó el lunar de la falta de precisión. Una falta que parece haberse ‘paliado’ con las nuevas fórmulas que ha introducido Zinedine Zidane dentro de su esquema. Marcó Benzema y ahí el partido no se debió escapar. No caer en ese error es una de las tareas pendientes que ha dado el técnico marsellés.
El Real Madrid ahora irá hasta el José Zorrilla para disputar la vuelta y habrá ánimos de venganza. El gol agónico de los violetas hizo mucho daño en Zizou. Los madridistas han cambiado mucho desde entonces y van viento en popa a por todos los títulos. Zidane no quiere volver a tropezar y ya visualiza junto a su staff técnico esos errores que le costaron dos puntos a los suyos.
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