‘A priori’, el técnico francés tenía claro el equipo inicial: 4-4-2 con Hazard y Benzema arriba, pero el belga quedó KO ante el Levante y la confianza de Zizou hacia el ex del Chelsea no es la misma que hacia el resto. Tuvo que reinventarse y lo hizo sorprendiendo a propios y extraños. (La UEFA ‘amenaza’ a Vinicius por ‘rajar’ del arbitraje ante el City)
El Madrid salió con un 4-3-1-2, pero con una revolución de jugadores. Casemiro, Valverde y Modric formaron la medular con Isco como enganche con Vinicius y Benzema arriba. Así, la gran sorpresa fue la ausencia del alemán. Ni fue titular ni participó en la segunda mitad cuando su presencia se pedía a gritos en para frenar las embestidas ‘cityzen’. De hecho, no saltó ni a calentar.
El medio bávaro, que ha vuelto a su mejor versión esta temporada, lleva cinco goles y ocho asistencias en 31 partidos, pero tampoco hay que buscarle los ‘tres pies al gato’ con su suplencia ante el City. Tal y como ha podido saber Defensa Central, la decisión de Zidane es puramente técnica.
El preparador madridista, sin Hazard disponible y con Casemiro y Benzema como indiscutibles, quería a Vinicius, por su regate y rupturas en velocidad; a Isco, por su pases entre líneas; y a Valverde por su enorme despliegue físico con y sin el balón. Así, tuvo que elegir entre Kroos y Modric.
El alemán aporta más control y equilibrio en la medular, pero sin gran verticalidad, mientras que el croata tiene más cambios, aunque cada vez menos frecuentes por cuestión de cansancio y de edad. Zidane optó por el Balón de Oro 2018 y dejó al internacional alemán en la ‘estocada’. Nuevo golpe para él después de ser sustituido al descanso en el derbi del pasado 1 de febrero.
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