El pasado 29 de abril, cuando se desconocía por completo la noticia, desde Defensa Central les adelantábamos el interés del Real Madrid en Tchouaméni. La joven perla del Mónaco, llegada del Bordeux, en 21 partidos ha derrumbado la puerta de los talentos de la Ligue 1. Menos experimentado, eso sí, que Eduardo Camavinga, a pesar de que el primero tiene 20 años y el del Rennes apenas suma los 17 años.
La primera gran diferencia que encontramos, sin centrarnos en lo técnico es esa. A Camavinga no le han pesado las piernas en momentos clave, a pesar de su juventud, y su irrupción se ha dado con equipo de la talla de PSG o el propio Mónaco. Actuaciones que han dejado alucinados a todos en Chamartín.
Tchouaméni es un jugador que vive anclado en el círculo central y que posee un gran dominio de balón. El control, quizá es su mayor virtud, además de la tarea defensiva en la que muestra también poderío para arrugarse a ayudar a la zaga. Eso sí, un futbolista más técnico que ‘destructor’ del juego.
Por su parte, a Camavinga se le puede resaltar por su buen posicionamiento sobre el campo. Un mediocentro disciplinado que no es contemplativo en el ‘tacklin’ y que tiene el pase en largo como una de las facetas más imponentes de su juego táctico.
En Francia, distintas webs de estadística, valoran a Tchouaméni con un 6’78 de media, por partido, mientras que a Camavinga se le pone una nota media de 7’03 por encuentro y forma parte del mejor ‘11’ de toda la liga francesa en el curso disputado.
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