Así fue la ‘guerra’ táctica entre Zidane y Koeman: lo mejor llegó al final

El francés comprendió mejor el partido desde el inicio. Si bien es cierto que el primer tiempo estuvo muy igualado, en el segundo los blancos se impusieron con solvencia.


Zidane y Koeman

Zidane y Koeman




Como es habitual –así lo lleva haciendo desde que volvió en marzo de 2019- el francés no repitió su último once. Apostó por Nacho de lateral derecho y Mendy en el izquierdo. Dio descanso a Luka Modric, que venía de ser titular en los últimos cuatro partidos (2 con el Madrid y otros 2 con Croacia). Valverde ocupó su puesto en la zaga, mientras que Asensio irrumpió en la delantera junto a Benzema y Vinicius, que está siendo el mejor del equipo.

Nacho se lesionó al borde del descanso y Zizou apostó por Lucas. Algunos no entendían cómo no entró Militao en lugar del canterano, pero el gallego demostró en el campo por qué le gusta tanto al francés. Jubiló las internadas de Ansu Fati y tampoco dejó a Jordi Alba que se internara con tanta facilidad como en la primera fase del partido. Se puede decir que fue un acierto tremendo del entrenador del Real Madrid, ya que Lucas cuajó su mejor actuación de blanco.

Koeman no pudo hacer otra cosa que observar con impotencia como el Real Madrid se iba haciendo poco a poco con el control del partido. El segundo tiempo tuvo un dominador claro. De hecho, el Barça no llegó a tener ninguna ocasión clara desde que salieron de los vestuarios. Lo poco que ofrecieron fue en la primera parte, pero tampoco fue suficiente como para rascar algún punto. 

Aunque después tuvo que ser sustituido porque acabó exhausto, Valverde jugó de interior y (a parte de marcar el gol que abrió la lata), fue de los mejores del Real Madrid. En lugar de colocarlo casi de extremo derecho como en otros partidos, Zidane insistió en que se jugara por dentro y fue todo un descubrimiento. No cabe duda de que esa es la posición dónde verdaderamente ejerce un papel clave.

En definitiva, Koeman se vio noqueado por un Zidane que supo tocar la tecla en un momento decisivo. Vuelve a salvar un matchball y retrata a aquellos que, hasta hace pocas horas, le querían fuera del club. Hay que dejar trabajar y, sobre todo, confiar en la plantilla (y el entrenador) que tantas alegrías nos han dado en los últimos años. Independientemente de que, como es lógico, se tengan que producir incorporaciones en 2021.