El malagueño reapareció ante el Athletic de Bilbao en el sesentaitrés
Isco Alarcón está de vuelta. El malagueño volvió tras tres partidos ausente y no lo hizo mal. Entró, participó, lo intentó y fue importante en la circulación de balón del equipo en la segunda parte.
En las últimas semanas se ha sabido que Isco Alarcón puede irse en enero. Además, los rumores de una posible llegada de Szoboszlai no cesan. El español no es importante para Zidane, a pesar de la buena relación que existe entre ambos. Ante el Athletic, el malagueño volvía a ser suplente y tendría que esperar su oportunidad desde el banquillo.
Zidane decidía apostar por Valverde-Kroos-Modric para el centro del campo, relegando a Isco a un segundo plano. El futbolista debería esperar su oportunidad desde el banquillo en Valdebebas en un ‘choque’ en el que muchos apuntaban a su titularidad.
La primera parte finalizaba con 1-0 en el marcador. El Madrid fue ligeramente superior, pero sin ocasionar apenas peligro. El centro del campo estuvo relativamente bien, aunque no consiguió marcar la diferencia en la primera parte. Isco en el banquillo, seguía esperando su oportunidad.
El partido demandaba imaginación ante una defensa tan cerrada como la del Athletic e Isco podía ser la figura ideal para eso. El Athletic se abrió, marcó y se volvió a cerrar en defensa. La película volvía a empezar y el partido demandaba el ingreso de un jugador como Isco. La entrada del malagueño iba a llegar en el sesentaitrés por Federico Valverde.
El impacto de Isco fue inmediato. Muchas combinaciones del malagueño al borde del área que provocaban el hundimiento de la defensa del Athletic. La participación y la implicación de Isco en el juego eran patentes.
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