Lo de Kroos fue un auténtico recital. El alemán fue el director de orquesta del Real Madrid. Dio una asistencia sublime a Vinicius, que controló con el pecho y definió a las mil maravillas. Sin embargo, no se había visto todo de esta célebre jugada.
Como ya hicieron en un partido contra el Barcelona, ambos se entendieron con un solo gesto. El dedo de Kroos marca el camino. El alemán le señaló a Vinicius dónde iba a mandar la pelota para que ocupara ese espacio y así llegó el primer gol del Real Madrid.
Una jugada muy parecida a la del Clásico, dónde Kroos le señaló con la mano al brasileño para que corriera en esa dirección y acabara en gol. Se entienden de maravilla en el campo y eso es una buenísima señal.
La asistencia de Kroos es una auténtica locura. Un pase milimétrico que muy pocos futbolistas en el mundo pueden dar. De ello se benefició con su velocidad explosiva Vinicius, que supo leer muy bien el juego para abrir la lata.
Aunque es cierto que el resultado de la ida (3-1) es bastante positivo, no conviene relajarse. Hay que salir con todo en Anfield y dar un golpe sobre la mesa para sellar el pase a semifinales de la Champions League.
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