En la etapa de Carlo Ancelotti como nuevo entrenador del Real Madrid se produjeron numerosos cambios en la plantilla.
Antonio Adán se marchó del Madrid porque finalizó contrato y no sería un jugador importante en su proyecto. Para darle continuidad se dio vía libre para que escogiese un destino totalmente distinto.
Raúl Albiol fue vendido al Nápoles por 12 millones de euros. Era un jugador de buen nivel, pero no tenía el talento suficiente como para permanecer en el Madrid mucho tiempo más.
Carvalho se fue del Real Madrid libre al Mónaco porque también acabó su contrato y sabía que con Ancelotti no iba a tener los minutos suficientes para tener un ritmo continuo.
Mesut Özil fichó por el Arsenal por 47 millones de euros. Fue la gran venta del conjunto merengue en aquel mercado veraniego.
Essien llegó al final de su cesión en el Madrid procedente del Chelsea. No volvió y Ancelotti no quería tampoco en su plantel, lo dejaron marchar sin ni una sola palabra de por medio que diese esperanzas al jugador de regresar.
Kaká dejó de vestir la camiseta del Real Madrid. Se fue libre al AC Milán. Su etapa en España fue de lo peor en su carrera, no destacó demasiado y brindó menos talento del esperado.
Pedro León se marchó por 6 millones de euros al Getafe. Este jugador era otro descarte claro de la entidad madridista, no estaba al nivel que se exigía ni muchísimo menos.
Higuaín fue otra salida curiosa de aquel mercado. Fichó por el Nápoles a cambio de 39 millones de euros. El argentino tuvo años buenos en el Madrid, pero poco a poco fue decayendo.
Callejón era otra de las ventas claras por parte del Madrid. El Nápoles lo firmó por 9,5 millones de euros. Ya son tres jugadores los que se fueron al equipo napolitano en un mismo año.
Y por último la cesión de Cheryshev al Sevilla FC. El crack ruso no tenía la talla válida para jugar en el Real Madrid.
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