La mayoría de lo ensayado por Ancelotti para el Clásico funcionó como un reloj suizo, lo que hizo posible el primer gol del conjunto blanco ante los azulgranas, que se vieron sorprendidos por la subida de David Alaba.
Las subidas de Alaba, bien elegidas, las cubría Casemiro en retaguardia, algo que se viene ensayando en Valdebebas desde la pretemporada, porque el austriaco supone una sorpresa para el equipo rival a la hora de atacar desde atrás.
Las llegadas a zonas de ataque por parte de David Alaba sólo están permitidas en el caso de que Casemiro llegue a ocupar su puesto de central para no desequilibrar al equipo, condición básica que le pone Ancelotti a las subidas de Alaba, para no perder el orden y quedar expuestos a los ataques de los rivales.
"Estamos muy contentos por conseguir nuestro objetivo. Es el instinto, un sentimiento de cuándo tengo que ir hacia arriba y cuándo quedarme", explicó Alaba al finalizar el partido del Camp Nou.
Ante los azulgranas, Alaba siguió su instinto, eligiendo el mejor momento, con la tranquilidad de tener la espalda cubierta por su ‘guardaespaldas de lujo’, Casemiro, algo que el Madrid viene probando en Valdebebas y que con el golazo del central del Real Madrid cobra aún más sentido.
"El golpeo es una cualidad que él tiene, ha encontrado espacio ahí y ha finalizado muy bien", expresó Ancelotti, conocedor de que estas subidas de Alaba le generarán muchas alegrías al madridismo.
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