El francés completó el derbi y exhibió todo su portentoso físico
A pesar de que los rojiblancos se han tomado el derbi de este domingo como un asunto de vida o muerte, la realidad del partido es que no tenía trascendencia alguna y solo ha servido para que los colchoneros se dejen en ridículo una vez más. La victoria y la vergüenza son suyos.
Todo el mundo sabía que Ancelotti planeaba una revolución en el once y que sería muy complicado adivinar qué equipo saltaría en el Wanda para medirse al Atlético de Madrid. Los cambios se avecinaban en todas las líneas, pero había un jugador al que todos apuntaba como titular para el partido, y este era Eduardo Camavinga. Después de su gran encuentro ante el Manchester City, se lo había ganado.
Ancelotti remodeló el centro del campo para dar entrada al francés, manteniendo a Casemiro en el pivote y a Kroos a la misma altura que Camavinga. El joven mediocentro debía poner el vigor para que el equipo pudiera presionar alto a los rojiblancos pero rápidamente se vio muy solo en esa tarea.
El mapa de calor de Camavinga señala el gran esfuerzo que realizó durante el partido, sobre todo por la banda derecha. Su papel era semejante al que ha realizado en ocasiones Valverde, tratando de estirar al equipo, pero no encontró continuidad ni espacio para cabalgar.
Los de Simeone salieron al partido jugándose la vida e incomodaron mucho a los blancos en el centro del campo, sobre todo en la primera parte. Las subidas de Carrasco por la banda impedían que Camavinga pudiera mirar al frente con tranquilidad y fueron un dolor de cabeza durante todo el partido.
En la segunda parte, el Madrid se lanzó en busca del empate y dio un paso adelante para presionar en campo contrario. El encuentro se convirtió en una ruleta rusa, con ocasiones claras para los dos equipos, pero el marcador seguía sin moverse desde el gol de Carrasco al filo del descanso.
Ancelotti empezó a retocar al equipo y retiró del campo a Kroos y Casemiro, pero dejó a Camavinga todo el partido, premio a su gran esfuerzo el pasado miércoles en la Champions. Ya con Valverde y Modric a su lado, el francés se sitúo en el mediocentro, la posición en la que el técnico le tiene más encomendado.
Los blancos no pudieron lograr el empate pero terminaron en el área del Atlético, asediando la portería de Oblak. Con la Liga en el bote, el objetivo de no perder rodaje está cumplido y Camavinga se demuestra de nuevo como fundamental para sostener físicamente al Real Madrid.
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