Las paredes del vestuario del Madrid en el Wanda 'tronaron' tras el derbi: “Es una vergüenza”

El arbitraje de Soto Grado fue lamentable e indignó a los jugadores

Atlético - Real Madrid
Atlético - Real Madrid
Diego Gálvez | 09-05-2022

Menos mal para los madridistas que el equipo había conseguido el título de Liga antes de encontrarse con la cacería del Wanda Metropolitano. Entre la agresividad de los jugadores rojiblancos y la pasividad del árbitro, una vez más lamentable, el encuentro estuvo cerca de dejar algún lesionado por el camino.

Al terminar el partido, todos los jugadores del Real Madrid coincidían en el vestuario en que el partido había sido una locura con Soto Grado, que había permitido a los colchoneros hacer lo que quisieran mientras que a ellos les sancionaba con máxima dureza. “Es una vergüenza”, se indignaron algunos. La realidad es que una vez más, pegar a los madridistas salía gratis, y ya son unas cuantas esta temporada.

Locura con las tarjetas

El punto en el que el partido se le fue de las manos a Soto Grado fue a la hora de enseñar las tarjetas amarillas. Los rojiblancos comenzaron el encuentro con duras faltas, alguna muy peligrosa como una de Savic a la altura de la rodilla, pero ninguno vio la tarjeta y la primera amonestación resultó ser para un jugador del Madrid.

De esta manera, Soto Grado fue perdiendo el control del partido y los datos reflejan que su criterio dejó mucho que desear. Los jugadores del Atlético cometieron la friolera de 16 faltas, por 7 de los del Real Madrid. Eso sí, los merengues fueron sancionados con cuatro tarjetas amarillas (menos de 1 cada 2 faltas) por solo dos de los colchoneros.

Vergüenza 

Más allá de que el partido se decidiese también por una jugada polémica, en un penalti que el VAR se sacó de la manga, las faltas fue lo que más irritaron a los jugadores del Real Madrid. Con LaLiga en el bolsillo, a los blancos les queda el gran reto de la final de la Champions y tienen que llegar a ese partido en las mejores circunstancias.

El derbi por momentos se convirtió en una cacería en la que se vio como los jugadores rojiblancos intentaban lesionar premeditadamente a los madridistas. Un peligro que no sorprende viendo del Atlético, pero que no deben permitir los árbitros.