El egipcio se retiró en la primera parte de la final de la FA Cup y el central se quedó en el banquillo para la prórroga
El Liverpool ha entrado en pánico este sábado al conocer la lesión de su gran estrella, Mohamed Salah, que ha tenido que retirarse en la primera de la final de la FA Cup entre el Liverpool y el Chelsea. Además, el capitán Virgil van Dijk se quedó en el banquillo para la prórroga en un cambio que dejó muchas dudas.
No hay más que ver la cara de Klopp para darse cuenta de lo duro que supone este mazazo. Dentro de exactamente 14 días, el Liverpool y el Real Madrid se medirán en la final de la Champions League en París y según lo visto este sábado, es muy posible que Mohamed Salah se pierda el partido. El egipcio tenía muchas ganas de volver a medirse con los blancos y llevaba días calentando el ambiente. Pero la exigencia del tramo final de la temporada para los reds podía implicar cosas como esta.
A la media hora de juego de la final de la FA Cup entre el Liverpool y el Chelsea, Salah sufrió un choque en el centro del campo y rápidamente se dirigió al banquillo para pedir el cambio entre claros gestos de dolor. La cara de Klopp se ensombreció de inmediato y mando a calentar a Diogo Jota, al que se intuye que será su sustituto en la final de París contra el Madrid.
De momento, se desconoce el alcance de la lesión de Salah a la espera de los primeros exámenes médicos, pero por los gestos de los presentes y del propio jugador, no apunta a que pueda estar recuperado en solo dos semanas. Los aficionados del Liverpool han empezado a encender las velas y pronto tendremos más noticias sobre el estado de salud de la estrella del Liverpool.
El encuentro discurrió con ocasiones para los dos equipos pero el marcador se mantuvo 0-0 hasta el final de los 90 minutos. Todos los jugadores tuvieron que exprimirse físicamente en un encuentro muy exigente y la pieza más importante del equipo de Klopp lo notó demasiado.
No se sabe aún si aún si fue por precaución, un tema de repartir minutos, o porque el central había sentido una molestia, pero Virgil van Dijk se quedó en el banquillo para la prórroga sembrando el pánico total entre los aficionados del Liverpool. Tras ver a Salah marcharse antes de tiempo del partido, la ausencia del capitán dejaba al equipo sin sus dos grandes baluartes a solo 14 días de la final de la Champions.
La prórroga estuvo marcada por el cansancio en ambos equipos, que tampoco lograron abrir el marcador a pesar de que ambos contaron con alguna ocasión. Tanto Allison como Mendy habían sido decisivos para evitar algunos goles y al final les tocaba a ellos decidir el título de la FA Cup en la tanda de penaltis.
En la muerte súbita, el triunfo fue para el Liverpool gracias a los fallos de Azplicueta y Mount. Tzimikas anotó el séptimo y definitivo lanzamiento para que Klopp levante el segundo título de la temporada. A dos semanas para la final de la Champions, el Liverpool celebra un nuevo trofeo pero todas las miradas apuntan a la enfermería
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