Casemiro es actualmente el mejor mediocentro del mundo y el escudero del Real Madrid campeón de Liga y finalista de la Champions. El brasileño concedió una entrevista al diario El País en la que repasaba las claves de su juego y las comparaba con el que será su supuesto heredero dentro de unos años: Eduardo Camavinga. Todos en el club ven al joven francés como el futuro encargado de cubrir el centro del campo en unos años, pero aún le faltan detalles por pulir.
Definirse
La primera diferencia que destaca Casemiro entre su juego y el del joven francés es que Camavinga no tiene una posición tan definida como la suya. El físico del galo le permite sumarse con frecuencia al ataque, pero esa es una costumbre muy arriesgada para jugar de mediocentro defensivo.
“Camavinga aún tiene que elegir si quiere ser ocho o seis”, señala Casemiro. Tanto el brasileño como el propio Ancelotti coinciden que para la posición de pivote en el Real Madrid hace falta un jugador que sea experto en esa demarcación. Sus funciones están tan claras como necesarias son para el equipo. Un trabajo oscuro que requiere de mucho sacrificio.
Sacrificio
Casemiro sabe perfectamente que el oficio de mediocentro en el Real Madrid no deja mucho lugar al lucimiento, ya que tiene que estar constantemente tapando los huecos y apenas puede sumarse al ataque, a menos que la situación sea desesperada. A Camavinga le gusta llegar arriba con frecuencia, pero eso es algo que no podrá hacer si quiere asentarse como el pivote del Real Madrid.
“Si quiere ser un seis, se tiene que sacrificar para los demás, debe ayudar a sus compañeros”, admite Casemiro, que sabe perfectamente lo que es dejarse la piel por el equipo y no recibir el reconocimiento que se mercede. El brasileño sabe que el trabajo es complicado, señala que Camavinga tiene las cualidades para cumplirlo.
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