En el Real Madrid lo tienen claro: Mbappé tiene mucho que aprender de Vinicius y Rodrygo

Florentino Pérez se creyó esa historia y cuando se convirtió en una de las mejores promesas del mundo no dudó en ir a por él. Más de 100 millones estaba dispuesto a pagar en 2017 cuando jugaba en el Mónaco, pero su familia le acabó convenciendo para que siguiera unos años más en su país. El Madrid lo entendió y volvió a la carga en 2021, cuando ya estaba en el PSG, con una propuesta de 200 'kilos'. 

El jugador quería venir, pero Catar se negó a negociar. Fue entonces cuando dio su palabra de que aguantaría el último año de su contrato sin renovar. Y la cumplió hasta los últimos 15 días cuando, de repente, dejó de contestar a Florentino y firmó hasta 2025. Suceso que dolió mucho al presidente del Real Madrid porque ese futbolista no se parecía en nada al que él quería fichar.

En marzo ya sorprendió que se desmarcase de todos sus compañeros en un acto de patrocinio con la selección. Antes llegaron vídeos al Real Madrid en los que Mbappé se enfadaba al ser sustituido, primero con Tuchel, y después con Pochettino. Insultaba a compañeros como Neymar, llamándole "clochard", lo que viene a ser "apestoso". Así como gestos de desprecio a otros rivales de la Ligue-1. Oukidja, portero del Metz, lo explicó hace un tiempo: "Adoro a Mbappé como jugador, pero debería tener un comportamiento distinto si quiere que la gente lo quiera. Se beneficiaría si fuese más humilde".

Arrogancia

Por más o menos razón que tuviese en sus enfados, esos gestos de Mbappé no gustaban nada en el Real Madrid. En el club están convencidos de que tiene mucho que aprender de jugadores como Vinicius o Rodrygo, dos de las jóvenes promesas del fútbol mundial, que han tenido una actitud intachable desde el primer día que aterrizaron en el Bernabéu.

A diferencia de Kylian, ellos ya han ganado Champions y militan en el club más exigente del mundo. Lo que suceda en París son minucias comparado con la presión que se vive a diario en el Real Madrid. Vinicius y Rodrygo comprendieron muy bien que nunca existirá un jugador por encima del club. No sucede igual en el PSG. Por eso, entre tantas cosas, el de Bondy ha decepcionado tanto a Florentino: "Este no es mi Mbappé y yo así no le quiero".