El propio entrenador del Real Madrid fue el encargado de ponerse en contacto con los jugadores durante las negociaciones para hacerle saber cuál iba a ser su rol en el equipo. El don de gentes del italiano es inegable y sus charlas fueron clave para convencerlos.
Ancelotti les hizo saber que el interés era real y que todo ello tenía un causa irrechazable para ellos. Ambos jugadores llegan para solventar los vacíos que encontraba el técnico blanco en su plantilla y donde consideraba que era vital poder contar con estos refuerzos.
En el caso de Rudiger, el central alemán será una de las piezas clave de la plantilla la próxima temporada. El entrenador madridista le confesó que Alaba desea poder jugar en el lateral izquierdo y Rüdiger sería el encargado de ocupar ese lugar.
Junto al defensor teutón, en la llegada de Tchouaméni también fue decisivo. El Madrid lleva durante varias temporadas sin contar con un segundo pivote puro y con la presencia del centrocampista francés todo esto se soluciona. Además, con la retirada de Modric y Kroos, la medular necesita incorporaciones inmediatas.
Clave en los títulos
Pero sin duda alguna, para poder llegar a conseguir los trofeos conquistados esta temporada es necesario que la unión sea total en la plantilla. El técnico italiano ha logrado que los futbolistas sean una piña y así lo han reconocido todos al finalizar la campaña.
La conexión veteranos-jóvenes es increíblemente buena y está sirviendo para construir una base sólida de cara al futuro. Marcelo ya lo comunicó en su salida y así lo quiso hacer público: "El futuro del Real Madrid está más que asegurado".
El Real Madrid sabe que tiene en sus manos al entrenador indicado para hacer una transición más que dulce en la plantilla y que sea efectiva a todos sus efectos en los próximos años. Ancelotti ha sido clave y lo seguirá siendo siempre que el italiano esté dirigiendo al equipo madridista.
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