Tras ocho años ligado al club, nueve temporadas, 336 encuentros, 31 goles, 26 asistencias y 17 títulos de blanco, era impensado que la historia de Casemiro y el Real Madrid acabase de mala manera. En medio de unas fugases pero intensas negociaciones con el Manchester United, el brasilero realizó un último gran acto de amor por la entidad de su vida en una llamada que se traduce en 10 millones de euros.
Los ingleses llegaron a la capital con un objetivo que se será una realidad en las próximas horas, pero no fue hasta que su nuevo futbolista templase la cuerda que no accedieron a pagar lo que el Real Madrid siempre consideró que costaba Casemiro. Vital dentro y fuera de los terrenos de juego, gestos como el Carlos Henrique en las últimas horas demuestran el cariño que siempre tuvo por un escudo que jamás olvidará los servicios prestados por el mediocentro.
El brasileño tuvo un último gran gesto como capitán sin cinta del Madrid que es solo una prueba más del profesional que se llevarán los de Manchester. Lejos de querer sacar tajada o dejar el Bernabéu en malos términos, Casemiro demostró nuevamente que fue ‘uno di noi’ desde el primer hasta el último minuto.
La llamada de los 20 millones de euros
Tal y como contamos ayer en Defensa Central, desde los Red Devils esperaban que bastase con 50 millones de euros más 15 en fijos para que el Real Madrid accediese a soltar a un futbolista que se convirtió en leyenda con los blancos. Consiente de que como los nuestros solo abrirían la puerta a su salida con una oferta que fueses irrechazable, fue el propio Casemiro quien avisó al United de que lo tendrían que pagar para verle de rojo en Old Trafford.
Gracias a la llamada del brasileño a los emisarios del Manchester United, estos subieron los costes de una operación que se quedará en 70 millones de euros fijos y 15 kilos en diversos bonus que el propio Casemiro espera poder ‘regalarle’ a un Real Madrid que nunca puso trabas a su marcha del Santiago Bernabéu.
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