La teoría de las 'bolas calientes' ya ha pasado a la historia: al Madrid siempre le ponen los cocos

La última Champions League del Real Madrid, un claro ejemplo.


Bombos

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No les falta razón, a esos críticos, tal y como se vio en la pasada temporada. Sin embargo, deberían cambiar ese discurso y ponerlo justo al revés: al Madrid siempre le tocan los rivales más gordos de todos los bombos. Y si no tocan... la UEFA ya se empeña en que sea así. A la vista está la cacicada del pasado curso después de que el azar decidiese que a los blancos les tocaba el Benfica con la vuelta en el Bernabéu. 

El sorteo se repitió y luego tocó el PSG de Al-Khelaïfi, Neymar, Messi y Mbappé. Después tocó el Chelsea, el anterior campeón, y para redondear en semifinales se enfrentaron al Manchester City. Al final surgió otro Real Madrid-Liverpool, en París, y el resto de la historia de la Copa de Europa más épica ya está escrita.. una y otra vez. 

Si nos remontamos a la Champions de Lisboa, la de La Décima, al Real Madrid le tocó la vía alemana hasta llegar a la final contra el Atlético de Madrid. Se midieron al Schalke 04, Borussia Dortmund y Bayern de Múnich.

Siempre los más fuertes

En la de la Undécima tocó el Atlético de Madrid otra vez en la final, pero con un camino de espinas con la Roma, Wolfsburgo y Manchester City. En la de Cardiff, la Duodécima, fue parecido con Nápoles, Bayern, Atlético de Madrid y la final frente a la Juventus de Turín.


El nivel de las "bolas calientes" subió en la Champions League de la Decimotercera. En la finalísima estaba el Liverpool y antes, por el camino, hubo grandes piedras: PSG, Juventus y Bayern de Múnich. El Madrid también luchará contra ese hándicap en los sorteos un año más.