Al centrocampista alemán le tocó hacer el trabajo sucio ante el Valencia y su posición estuvo mucho más retrasada de lo habitual. El Real Madrid salió dominando el encuentro, sin apenas dar opciones al Valencia y apostando por las posesiones largas.
Kroos fue el encargado de comandar la sala de máquinas de la medular y lo hizo a la perfección. El interior teutón se encargo de hilavanar las jugadas madridistas, siendo el eje en la elaboración y controlando el tempo del partido.
Todo bajo control
Los blancos siguieron dominando el encuentro en todo momento y el Valencia apenas hizo trabajar a la defensa merengue. Kroos siguió implicado en el juego, sacrificado sin balón y dando una salida fácil ante la presión rival.
El conjunto de Ancelotti siguió elaborando las jugadas ante la pasividad ché, pero no terminaron de estar lúcidos en tres cuartos de campo. En un córner lanzado por Kroos, Rüdiger anotaría el que sería el primero del partido. Sin embargo, el árbitro anularía el gol por una falta más que dudosa de Benzema sobre Musah.
La tranquilidad no tardó en llegar
A los pocos minutos de empezar el encuentro, Kroos filtraría un gran pase entre líneas para Vini, pero el centro del brasileño estuvo a punto de conectar con Benzema en el área pequeña. En la siguiente acción, Asensio sacaría un zapatazo y pondría el primero en el marcador.
Pocos minutos después, Vinicius anotaría el segundo y dejaría el encuentro más que encarrilado. El Real Madrid se sintió cada vez más cómodo sobre el terreno de juego y el trabajo de Kroos diminuyó considerablemente en el centro del campo.
Con todo bajo control, Carlo Ancelotti optó por dar descanso a su centrocampista y Toni se marchó sustituido por Tchouaméni. Los blancos volvieron a sumar tres puntos en LaLiga en un encuentro más que cómodo para los merengues.
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