El Real Madrid remontó al Espanyol en el Santiago Bernabéu en un partido que parecía tranquilo y sin sobresaltos. Sin embargo, el Espanyol golpeó primero con un auténtico golazo de Joselu ante el que Courtois no pudo hacer nada. Pese a que los pupilos de Carlo Ancelotti lograron levantar el resultado durante la primera mitad y confirmaron la victoria al final del partido, no hubo buenas sensaciones en el vestuario.
Los futbolistas blancos estaban especialmente cabreados por haber encajado un gol que empezó en una jugada realmente polémica de la que no se habla mucho pero que los pupilos de Carlo Ancelotti repasaron varias veces: la falta clara que Gragera hizo sobre Aurélien Tchouaméni en el origen del gol visitante. Figueroa Vázquez no la señaló en directo.
El VAR tampoco intervino en esta jugada, por lo que entendió que el lance en el que Tchouaméni es arrollado y derribado por el jugador del Espanyol no constituye ninguna infracción y que no debía ser sancionado con falta. Después de ver las repeticiones de la jugada en las televisiones del vestuario, casi todos los comentarios iban en la misma línea.
Están cansados de lo mismo de siempre
Hay un importante malestar en el vestuario del Real Madrid, que terminó por verbalizarse después del partido contra el Espanyol y la jugada en la que Tchouaméni recibió falta: "No nos dejarán ganar la Liga" u "Otra vez la misma m..." fueron varios de los comentarios de algunos de los líderes del vestuario, manifestando su descontento por una jugada que parece una falta clara.
Esta revisión de la jugada ha llevado a varios jugadores importantes del primer equipo a protestar nuevamente ante una situación que consideran injusta, pero la mayoría de los futbolistas parecen haber asumido que no hay forma de corregir el rumbo del equipo y que la única solución es continuar rindiendo al máximo para poder reducir toda la distancia posible respecto del FC Barcelona hasta final de temporada.
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