Vinícius parecía estar muy desconectado del inicio del partido, con las tres ocasiones seguidas del FC Barcelona y la fuerte presión adelantada que ejercían los pupilos de Xavi Hernández. Sin embargo, la magia que tiene el brasileño acabó por salir a flote en el momento más inesperado: una ocasión que parecía haberse perdido terminó con un centro del '20' que Araújo cabeceaba de forma involuntaria para mandar el primer gol madridista en el Spotify Camp Nou.
El extremo brasileño se las tuvo con el central uruguayo durante todo el partido. El defensor azulgrana empezó a sumarse al ataque después de anotar el autogol, por lo que obligó a su 'pareja de baile' a retrasar su posición y engancharse al bloque del resto de jugadores de Carlo Ancelotti: Vinícius Jr. entendió, con la injusta tarjeta amarilla a Nacho, que su trabajo también era apoyar al lateral en labores defensivas.
La capacidad de desborde de Vinícius Jr. no se desvaneció con el inicio de la segunda mitad: la primera ocasión del Real Madrid desde la reanudación nació de sus botas, con un balón que había salido antes de lanzar un centro que Valverde no aprovechó. El brasileño demuestra que es el único 'desatascador' que tiene Carlo Ancelotti para levantar situaciones complicadas, tanto en ataque como en defensa.
Líder dentro y fuera del campo
El dominio del Barça en la segunda mitad hizo que Vinícius Jr. canalizara, todavía más, el peso y la responsabilidad de trenzar las jugadas ofensivas de un Real Madrid muy encerrado en su área y víctima de las imprecisiones, que encaraba una y otra vez a Ronald Araújo. El pobre rendimiento del central culé quedó opacado por la constante presión y asedio de su equipo sobre el área de Courtois.
Vinícius Jr. representó la gran amenaza del Real Madrid un partido más, pero la inoperatividad de sus compañeros de ataque en el partido anularon cualquier oportunidad de anotar un gol para desequilibrar la situación y colocarse más cerca del Barça en la clasificación. Queda demostrado que con Vinícius Jr. solo no basta.
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