Había mucho temor en la afición madridista por el partido entre el Real Madrid - Getafe. El miércoles el conjunto merengue disputa una final contra el City, y Ancelotti necesita que todos los jugadores estén al 100%. Por eso mismo, lo preferible era que todos los titulares hubiesen disputado los menores minutos posibles, para reducir el riesgo de lesión.
Debido a la dificultad de subir a canteranos con el primer equipo por el título de Liga que están peleando para ascender a Segunda División, Carlo Ancelotti ha intentado dosificar a todos sus jugadores y dar minutos a los que menos están jugando en esta temporada. Aun así, no pudo evitar llevarse un susto con Eduardo Camavinga.
Una entrada muy dura
Seguramente no fue una entrada intencionada, pero sí que puso en riesgo la salud de su compañero. Su golpe en el tobillo de Camavinga hizo que su rodilla izquierda girase. El francés tuvo mucha suerte de no tener una lesión grave.
Cuando se vieron las imágenes y los gestos de dolor de Camavinga, todo el madridismo se asustó y se temió lo peor. Pidió el cambio y se marchó cojeando al banquillo, donde se puso una bolsa de hielo en su rodilla. Minutos después, tras finalizar el partido, se marchó cojeando hacia el túnel de vestuarios.
Carlo Ancelotti, desde el primer momento, dijo que solo se trataba de un golpe, de una pequeña torcedura. Aun así, los madridistas éramos escépticos con las declaraciones, ya que las imágenes nos hacían pensar lo contrario a lo que decía el técnico italiano. Pero finalmente, tenía razón. La resonancia a la que se sometió el futbolista ha demostrado que tiene un leve esguince y podrá jugar el partido de Manchester.
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