En el club blanco están cansados de la incapacidad del colegiado vasco.
El Real Madrid ganó anoche 0-2 en el Coliseum ante el Getafe, en un duelo en el que los madridistas recuperaron el liderato de la competición liguera.
Los de Carlo Ancelotti abandonan la casa de los azules muy satisfechos por la imagen del equipo, pero muy preocupados por el trabajo de Ricardo de Burgos Bengoetxea.
El colegiado vasco dejó claro desde el inicio de este partido la desastrosa actuación que tendría en este derbi madrileño.
Cuando transcurrían 30 segundos de partido, Damián Suárez le propinó un manotazo a Vinicius Jr., que acabó con el brasileño por el suelo pero De Burgos Bengoetxea decidió mirar para otro lado cuando claramente era para tarjeta amarilla.
Sin embargo, esto no sería todo, ya que minutos más tarde, el propio Vini fue derribado dentro del área por Carmona, en una acción que fue muy reclamada por todo el madridismo.
Además de esto, De Burgos Bengoetxea perdonó la expulsión a Djené, no pitó penalti sobre Brahim Díaz y amonestó a Aurélien Tchouaméni al final del partido, no permitiendo que los blancos puedan contar con el galo ante el Atlético de Madrid.
Todas estas acciones han hecho que el Real Madrid tome una importante decisión, que involucra al centrocampista francés.
El club blanco va a presentar alegaciones pidiendo que le quiten la amarilla a Aurélien Tchouaméni, aunque saben que será casi imposible que lo hagan, pero no van a dejar pasar la ocasión de enjuiciar negativamente la decisión del árbitro en Getafe, que claramente tiene una historia. muy negra contra la entidad madridista.
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