Este futbolista del conjunto blanco está harto por su mala suerte de cara a puerta
El Real Madrid se dejó dos puntos en Vallecas tras empatar a uno frente al Rayo. Este 'pinchazo' da opciones al Girona de recortar distancias en la clasificación. Para ello tendrá que vender al Athletic Club de Bilbao en Montilivi.
"Tras el empate todo fue distinto. Fue un partido que no nos gusta jugar, con mucha pelea e interrupciones. Tenemos que aceptarlo porque a veces los partidos son así. Lo importante es que hemos luchado y competido hasta el final", expresó Carlo Ancelotti.
Este empate dejó un importante dolor de cabeza al club blanco, más aún tras la victoria conseguida en el Red Bull Arena contra el RB Leipzig en la UEFA Champions League.
El desenlace del choque del cuadro madridista pudo tener un desenlace diferente si el disparo de Fede Valverde en la primera parte no da en el poste y entra. El uruguayo volvió a quedarse con la miel en los labios al rozar el gol.
La función del charrúa no es la de marcar goles. No cabe ninguna duda. De hecho, sus números esta temporada son peores que los anteriores, pero está realizando una campaña que, para muchos, es mejor.
Pese a ello, el '15' merengue está frustrado por la mala suerte que está teniendo de cara a puerta. "Estoy gafado", se fue diciendo una y otra vez tras la finalización del partido.
Sin embargo, aunque esté desmoralizado con este tema, 'el pajarito' es un pilar fundamental en los esquemas de Carlo Ancelotti. Este año con especial importancia, puesto que Aurélien Tchouaméni y Eduardo Camavinga estuvieron lesionados durante meses.
Afortunadamente, y toco madera, el '15' merengue no ha tenido serios problemas físicos y se ha convertido en un jugador capital para su entrenador. A día de hoy, 19 de febrero, no se concibe un Madrid sin él.
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