Rodrygo lo intentó hasta el final pero se quedó sin el premio del gol

El partido en El Sadar empezó con un ritmo vertiginoso del que Rodrygo Goes estuvo ausente durante los primeros diez minutos. Después del empate de Osasuna, el ‘11’ verdeamarelo se sumó a las operaciones de ataque para intentar restablecer la ventaja de un gol. El objetivo se consiguió dentro de los quince minutos de juego en el estadio pamplonica. 

Rodrygo Goes, que arrancó en la banda derecha, rápidamente rotó hacia el lado contrario. La extrema movilidad del ariete madridista le dio grandes oportunidades de asociarse con sus compañeros en las fases de ataque. El arreón blanco se agotó en torno al minuto 25, algo sometido por el empuje de Osasuna. Con ese plan de partido, Rodrygo regresó a su demarcación de origen.

El final de la primera mitad y el principio del segundo periodo tuvo el mismo guion para Rodrygo Goes. Los arreones del club blanco en fases ofensivas le tuvieron como protagonista durante muy poco tiempo: el ‘11’ se movió por el lado contrario al que circulaban los balones o por las zonas inmediatamente anteriores o posteriores.

Tesón y perseverancia

Rodrygo intentó corregir su mal posicionamiento pasada la hora de partido, regresando a las mismas dinámicas que mantuvo durante los primeros veinte minutos del partido. Con la goleada del Real Madrid ya consolidada, el jugador de ataque madridista empezó a perder protagonismo. El descenso del ritmo del partido le colocó en una posición de delantero centro, dejando el carril derecho a un siempre enérgico Fede Valverde.

La ocasión más clara fue una acción individual a pase de Vinícius, pero se quedó sin sitio ante la salida de un Sergio Herrera que se hizo gigante ante el disparo centrado. Los últimos diez minutos, con el ataque del Real Madrid prácticamente desactivado, dejaron a Rodrygo definitivamente instalado en la banda izquierda. Desde allí intentó un par de arrancadas en diagonal hacia la frontal de área que no tuvieron mucho éxito antes del pitido final.