Asistencia de Bellingham y el uruguayo fusiló al portero para sumarse a la goleada en la primera mitad
El Real Madrid se quería gustar ante el Alavés. En primer lugar porque aprovecharon para ofrecer el título de Liga al Santiago Bernabéu, preludio de la fiesta que se venía.
Y es que, cuando los dos equipos no se juegan nada, el conjunto vitoriano ya está salvado, sale a relucir la calidad y en esas tesituras los de Ancelotti tienen para dar y regalar.
Lo demostraron en los dos primeros goles, especialmente un Jude Bellingham que marcó el primero y fue importante en el segundo, pero le faltaba la asistencia y esta llegó en el tercero.
Le cedió el esférico a Fede Valverde, que esta temporada no estaba siendo tan prolífico de cara al gol. Su puesto en el esquema de Carletto le alejaba de la portería y eso se nota.
Pero su cañón sigue siendo mortal y así lo demostró en cuanto tuvo ocasión. Zapatazo para quitarle las telarañas a la portería del Alavés y golear solo en la primera mitad.
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