Así hemos valorado a nuestros jugadores en la cuarta jornada de la liguilla de la nueva Liga de Campeones
El transalpino sigue probando y probando y probando, pero la sensación es que al Madrid le faltan ideas, piernas, ritmo y regularidad. También fluidez en el juego y, en ese aspecto, en el centro del campo, Carletto no mueve ficha.
El ucraniano encajó tres goles, pero no hay razones objetivas para suspender su actuación. Disculpen la osadía. Realizó una gran parada a Reijnders en la primera parte y sacó una mano providencial en el segundo periodo en un remate de Theo Hernández, cuando el marcador señalaba un 1-2. Con el 1-3, evitó el cuarto. Los porteros están para parar, desde luego, pero para milagros, me temo, tendremos que ir a Lourdes.
El lateral derecho del Madrid sufrió con las ‘estampidas’ de Leao. El Milan buscó constantemente su espalda, sobre todo durante la primera parte y el plan les funcionó a los italianos.
Algo irreconocible el zaguero, con poca frescura y sin un atisbo de intensidad. El brasileño no estuvo lo contundente que acostumbra. La fragilidad defensiva del Madrid fue espantosa.
Quizá de lo más sólido en una noche aciaga para el Madrid atrás. El alemán cortó varios contragolpes en la segunda mitad gracias a su envergadura sobre el verde.
El galo no tuvo apenas trascendencia en el juego. En defensa, no tuvo problemas porque Leao atacaba la banda defendida por Vázquez; y en ataque, como casi siempre, muy inactivo. Fue sustituido en el 74’ por Fran García.
El mediocentro lo intenta, pero no termina de carburar. Para colmo, ‘salió’ en las dos escenas de los goles del Milan y eso acabó con la (poca) paciencia del Bernabéu: una gran pitada, al borde del descanso, fue su sentencia de muerte. Ancelotti le sustituyó nada más empezar la segunda parte, dando cabida a Brahim.
El croata jugó poco más de una hora y no estuvo desacertado. Pero remontar en Europa exige de alto nivel y, con cansancio acumulado -y viene otro ‘parón’ internacional, ojo-, es misión imposible, prácticamente.
El uruguayo jugó por la derecha en el rombo y no tuvo su mejor día. Intentó sacrificarse en defensa y ayudar a Vázquez, pero en el segundo gol -obra de Morata, al que el estadio pitó- se quedó pasmado. Ancelotti decidió sustituirle tras el descanso, algo totalmente insólito.
El inglés regresó a jugar como interior izquierdo. Muy activo tanto en defensa como en ataque, con otro desgaste comunal. Intentó sin éxito conseguir su primer gol. Se retiró en el 74’ por Rodrygo.
El brasileño tuvo luces y sombras: marcó el gol, de penalti, del Madrid con una buena ‘panenka’. Pero en defensa se le necesita más: no realizó ayudas en el segundo del Milan y vio cómo Morata remataba a placer.
El francés lo sigue intentando, pero no llega el gol, que se le resiste desde hace varios partidos. El delantero las tuvo, creó peligro, se asoció bien. Insisto: esto es juego de equipo y, como diría don Alfredo, ningún jugador es tan bueno como todos juntos.
Entró en el 45’ por Valverde. El galo tampoco tuvo su mejor día y se contagió de la torrija importante del equipo. En el tercer gol del Milan,
Entró en el 45’ por Tchouameni. El malagueño fue la opción escogida por Ancelotti para desequilibrar, pero se fue apagando con los minutos, terminando apareciendo de nuevo. Tuvo un cabezazo en el 90', muy bien parado por Maignan. Quizá, la mejor ocasión del Madrid en el segundo tiempo.
Entró en el 63’ por Modric. El de Utrera quiere jugar y sabemos que lo hace, aunque siempre hay que preguntarse por qué no juega más. Suya fue la asistencia al gol previo de Rudiger en el 2-3, que el VAR posteriormente anuló.
Entró en el 74’ por Rodrygo. El brasileño tuvo buenas intenciones, pero fueron insuficientes.
Entró en el 74’ por Mendy. Aportó más llegada por el carril izquierdo.
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