La bronca de Bellingham a Arda Güler que no se vio en TV y acabó con abrazo: "¡Arda, no...!"

Arda Guler y Jude Bellingham fueron claves en una victoria del Real Madrid marcada por los goles de ambos y por supuesto por una nueva portería a cero para la defensa de Carlo Ancelotti en territorios tan hostiles a nivel del campeonato nacional de Primera División en España como lo son por supuesto Girona. Hubo una bronca inesperada entre ambos futbolistas en medio del encuentro y que no fue captada por las cámaras de la televisión hasta 24 horas más tarde. Todo terminó en un abrazo en el banquillo y con 3 puntos que valen oro ahora mismo pensando en la clasificación.

Minuto 35. El Real Madrid ni mucho menos era superior a un Girona que pese a no rematar a puerta en el estadio de Montilivi frente al conjunto blanco imponía sus condiciones por medio de posesiones largas y anulando cualquier tipo de combinación ofensiva en el equipo de Carlo Ancelotti. Fue en ese momento cuando Bellingham empezó a reclamarle al joven centrocampista turco algunas acciones y decisiones sobre el césped que no terminaban de darle a los hombres del italiano el mejor de los resultados. Hablamos por supuesto de un lance del juegos qué ocurren decenas de encuentros y que muchas veces las cámaras no alcanzan a captar.

Arda Guler se revelaba ante dichos comentarios de su compañero y marcaba igualmente su descontento por el presente de un Real Madrid que hasta el primer tanto de la noche ni mucho menos era superior sobre el césped. Una discusión airada y en la cual se apuntaba a diversos sectores del campo donde los movimientos de los blancos no acababan de conseguir el resultado esperado y planeado por el cuerpo técnico de Carlo Ancelotti. Luego llegaron los goles y la alegría de un triunfo que vale oro pensando en asaltar la primera posición del campeonato nacional de Primera División en España. Cuando ambos futbolistas salieron todos se dieron cuenta de lo ocurrido.

Paz en el banquillo 

Primero fue Bellingham quien dejaría el terreno de juegos tras un pinchazo que ahora mismo no hay que lamentar como una posible lesión muscular que saque al inglés del encuentro que se ha convertido en una auténtica final frente al Atalanta de Gasperini en algunos días. Luego lo hizo Arda Guler, quién fue saludando a todos sus compañeros en el banco de suplentes hasta encontrarse con un Bellingham que le dio un abrazo digno de hermano mayor para cerrar el debate.

Sirve y de qué manera este tipo de gestos para entender el momento que viven los hombres de Carlo Ancelotti y la tensión acumulada a lo largo de unos meses de temporada donde si bien las cosas ni mucho menos han salido en la dirección esperada por todas las patas que componen el Real Madrid, los resultados todavía permiten soñar con una campaña histórica a lo largo del segundo semestre del curso. Arda Guler y Bellingham mostraron su lado más competitivo en el estadio de un Girona que poco o nada pudo hacer frente a la pelada de los blancos.