La planificación deportiva del equipo tiene varios supuestos en cuenta
El Real Madrid, a pesar del parón navideño en casi todas las ligas, no detiene por completo su actividad. En las oficinas de Valdebebas están pendientes de hacerse con los servicios de varios futbolistas importantes para el desarrollo del actual proyecto deportivo. El objetivo es terminar el relevo generacional con jugadores de mucha calidad y lo antes posible.
Pero esos esfuerzos requieren de un extenso gasto económico. La elevada suma invertida por la tesorería madridista podría aumentar considerablemente después del último fichaje que los ejecutivos liderados por Florentino Pérez tienen en mente de cara al mercado estival del próximo año: sería un central para cubrir las bajas por lesión ocurridas durante el presente curso futbolístico.
Al mismo tiempo, esa incorporación facilitaría la rotación a Carlo Ancelotti para una demarcación muy afectada por las dolencias físicas en las dos últimas campañas. Aunque el míster de Reggiolo tiene ahora a Rüdiger, Tchouaméni y Raúl Asencio, siguen sin ser efectivos suficientes. No mientras David Alaba y Éder Militão sigan lesionados.
La idea de los mandamases madridistas es hacerse con la ficha de un gran central, un futbolista que pueda aportar longevidad y calidad a partes iguales. Pero esa operación será realmente costosa para la economía del club: los candidatos mejor situados, como Castello Lukeba, estarían sujetos a un tránsfer de 90 millones de euros.
Sabiendo de la necesidad de hacer un fichaje de altos vuelos para el eje de la defensa, desde las oficinas de Valdebebas se habría encontrado una forma de equilibrar ese gasto con el Mundial de Clubes organizado por FIFA. La reconvertida competición, que se celebrará entre junio y julio de 2025, ofrece un premio total de hasta 111 millones de euros para el equipo que llegue a la final… y la gane.
La primera edición de este torneo es, asimismo, solo el principio de lo que FIFA tiene planteado. A diferencia de la Champions League, la entidad presidida por Gianni Infantino no recibe ningún dinero por la organización y puesta en marcha del campeonato: todo el dinero generado irá a parar, según diferentes criterios, a los clubes participantes.
Esa distribución de los fondos resulta particularmente atrayente a un Real Madrid necesitado de un gran traspaso en defensa. El dinero obtenido con la hipotética victoria en la final del Mundial de Clubes se destinaría a solucionar uno de los problemas más acuciantes de la primera plantilla. Por eso, además de por hacer pleno de trofeos, interesa ser el equipo campeón del mundo en verano de 2025.
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