El conjunto blanco se enfrenta al eterno rival en busca del tercer título de la temporada
El Real Madrid se enfrenta al Barcelona esta tarde (20 horas) en la final de la Supercopa de España. Será la tercera vez consecutiva que merengues y culés se ven las caras en Arabia en la final de este torneo, en esta ocasión en el estadio de Al Jawhara. Hasta ahora, el balance está igualado: mientras que en 2023 fue el Barça el que se llevó el gato al agua (1-3), el año pasado el título se lo llevaron los hombres de Carlo Ancelotti, en una auténtica exhibición de Vinicius Junior, que ejerció de guía en la goleada de los blancos (4-1), anotando un ‘hat trick’ decisivo. El futbolista brasileño, reentemente galardonado por la FIFA con el The Best como el mejor jugador del mundo, tiene ante sí el propósito de dejar atrás la absurda polémica generada por Pablo Maffeo en las semifinales del jueves contra el Mallorca (3-0). La trifulca final que provocó el defensa bermellón sigue trayendo cola, pero desde el entorno del Madrid, el mismo día del encuentro cuando acabó éste, prefieren dejar de lado un exceso de protagonismo inmerecido por parte de un Maffeo que volvió a superar cualquier límite razonable.
“Llegamos con mucha ilusión, muchas ganas. Los problemas que teníamos se han resuelto y todos los jugadores están disponibles, llegamos como siempre, con la confianza en las finales”, declaró Ancelotti este sábado en la rueda de prensa previa a la final de la Supercopa. Un título que, para el Madrid, podría ser el ercero de la temporada, tras la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental, y el primero en este 2025 donde el conjunto merengue sólo conoce la victoria. “Este título tiene valor y porque a nivel estadístico si hemos ganado la Supercopa hemos ganado LaLiga y la Champions. Nos da dinámica para seguir bien en la temporada”, señaló el propio Ancelotti, que afirmó haber aprendido la lección tras el Clásico de Liga del pasado mes de octubre donde el Barça asaltó el Santiago Bernabéu (0-4). “El Barcelona es un rival histórico y los partidos son siempre competidos, es obvio. Es difícil para nosotros, para ellos, y el resultado no se puede prever. Los fuera de juego [algo con lo que jugaron los azulgraas en el último partido] son un aspecto importante que hemos mirado y que tenemos que evaluar y contrarrestar”, indicó Carletto.
El Madrid juega una final menos de un mes después de la última, cuando se impuso con facilidad al Pachuca (3-0) en la Intercontinental en Catar. El hecho de que en frente está el Barça aporta más morbo, en un partido que estará marcado antes de empezar por la polémica que se ha originado merced al Consejo Superior de Deportes (CSD), que concedió la cautelar este miércoles a los catalanes, permitiendo que el equipo de Hansi Flick pueda inscribir nuevamente a Dani Olmo y Pau Víctor. Ambos futbolistas podrán jugar ya la final de la Supercopa, algo que no pudieron hacer frente al Athletic Club en las semifinales del torneo (0-2 para los culés). Hay que recordar que Joan Laporta fue incapaz de cumplir con el ‘fair play’ financiero antes del nuevo año y tanto la Liga como la Federación cerraron las puertas a un nuevo trato de favor. Pero ha sido el Gobierno de España el que ha lanzado un balón de oxígeno, el enésimo, para un equipo que ya está acostumbrado a salirse con la suya siempre y para el que las normas, que son de aplicación general, tienen un subterfugio con el que contentarles. Unos cumplen y otros burlan la ley, tan triste como cierto. Estamos en España, y ya hasta en el deporte se juegan partidas políticas.
El Madrid quiere alzarse con su 14ª Supercopa de España y empatar con el Barça, actualmente el equipo más laureado, que, de ganar este domingo, podría llevarse su decimoquinto título y ampliar la ventaja con los blancos. Las principales dudas en la alineación del Madrid se basaban en las posibles bajas que podría tener el grupo luego de que Aurelién Tchouameni se retirara al poco de iniciarse la segunda parte contra el Mallorca tras sufrir un testarazo en la cabeza, Jude Bellingham terminara con molestias musculares (“está bien, se ha recuperado bien; obviamente, es muy importante porque está en una muy buena racha y dinámica”, dijo Ancelotti del inglés) y Luka Modric encendiera las alarmas, antes incluso de enfrentarse a los baleares: el capitán del Madrid se cayó de la convocatoria del jueves tras sufrir un proceso vírico. Todos ellos, sin embargo, estarán disponibles para Ancelotti, que subrayó este sábado la gran piña que hay en el vestuario.
“No habrá sorpresas mañana en la alineación y tendremos un estadio lleno de aficionados que quieren disfrutar de un buen partido”, afirmó con rotundidad Ancelotti y el técnico transalpino no engañó, ya que sale a por todas y repite el mismo once que venció con facilidad al Mallorca. Uno de los rumores que había circulado en las últimas horas era la posible entrada de Dani Ceballos en el centro del campo, en detrimento de Rodrygo, pero finalmente el brasileño volverá a liderar el ataque del Madrid, con el tridente que conforma junto a Vinicius Junior y Kylian Mbappé.
La portería volverá a estar defendida por Thibaut Courtois y el belga estará secundado por Lucas Vázquez -volverá a ser el capitán del equipo, en el lateral derecho, y Ferland Mendy, en el carril izquierdo. Antonio Rüdiger y Aurelién Tchoaumeni serán los centrales, por lo que Raúl Asencio será, de nuevo, suplente tras el encontronazo que tuvo con Maffeo. Eduardo Camavinga será el pivote del equipo, que será acompañado por Fede Valverde. Bellingham ejercerá de mediapunta y tiene una oportunidad magnífica para volver a ‘mojar’ ante el Barça, al que marcó tres goles la campaña anterior. El ‘5’ merengue acumula ya siete goles en los últimos nueve partidos y ya lleva nueve dianas en lo que llevamos de temporada. Además, desde noviembre, el centrocampista británico ha generado 13 tantos.
Courtois; Lucas Vázquez, Rüdiger, Tchouameni, Mendy; Valverde, Camavinga, Bellingham; Rodrygo, Vinicius y Mbappé.
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