Así hemos visto a los nuestros contra el eterno rival
Los peores fantasmas vuelven al Madrid. El técnico italiano apostó por el mismo once que derrotó con facilidad al Mallorca (3-0), pero los errores de concentración y la pasividad defensiva fueron claves en el derrumbe del grupo. El hecho de que el equipo renunciara al balón desde el principio, se supone, es algo achacable al transalpino, y no se entiende por qué. Ni siquiera con uno más durante media hora, ya en la segunda parte, el Madrid transmitió sensación de peligro.
El belga realizó dos paradones nada más empezar el partido, el primero tras un gran disparo de Lamine Yamal y el segundo a un cabezazo de Raphinha. Es difícil escribir que, después de una ‘manita’, el menos culpable de todos es el guardameta… pero así es. ‘C’est la vie’, que dirían nuestros vecinos.
El gallego sufre en este tipo de encuentros porque se ve sometido a mucho esfuerzo en la faceta defensiva. Está supliendo a Dani Carvajal, pero la carencia está ahí y es palpable. Tras el quinto gol, Ancelotti no aguantó más y optó por el cambio. Entró Raúl Asencio en su lugar en el 52’.
El galo ha sufrido en la defensa posicional, quizá demostrando que, en realidad, estamos ante un mediocentro y no un defensa. Vio la amarilla por una falta que, sin embargo, iba al balón, pero ya sabemos de qué pie cojea Gil Manzano. Fue sustituido al instante, en el 64’, por Luka Modric.
Ni el alemán tuvo su día en la zaga del Madrid y eso sí que es preocupante. No se hizo Antonio con la jerarquía del equipo en un día donde más se necesitaba. Lewandowski campó a sus anchas y el Barça toreó de salón, que se dice en la jerga taurina. Una triste noticia, la verdad.
El lateral se vio superado en todo momento por Yamal, sobre todo en un primera parte donde el Madrid renunció al balón y se vio sorprendido por hasta cuatro goles del Barcelona. El francés no es ni la sombra de lo que fue durante todo el año anterior. Fue sustituido en el 76’ por Fran García.
El mediocentro disfrutó de lo lindo y firmó unos primeros 20 minutos excelsos, recuperando balones por todas partes e imprimiendo energía y felicidad a la línea medular del Madrid. Cometió un penalti absurdo sobre Gavi, que transformó Lewandowski en el 36’. A partir de ahí, no volvió a ser el mismo y Ancelotti le sustituyó al inicio de la segunda parte, apostando por Dani Ceballos.
El uruguayo se exprimió como una naranja, pero está claro que no llega a todo. El único que realmente apareció en el centro del campo del equipo durante los primeros 45 minutos, donde la desconexión fue total.
El centrocampista del Madrid jugó 75 minutos y apenas tocó un balón, sintomático del problema grave que tuvo el equipo merengue durante todo el partido con el Barça. Renunciar al balón provoca que, automáticamente, esta serie de futbolistas desaparezca. Aun así, antes de irse le dio tiempo a florecer con un gran pase a Mbappé que significó la (justa) expulsión de Szczesny.
En línea con sus compañeros de arriba, el ‘11’ no tuvo su mejor día. Estrelló un balón en el larguero nada más iniciarse la segunda parte y, poco después, anotó un gran gol.
El astro brasileño estuvo casi desaparecido, más allá de tener algunas asistencias a destacar. Flojo encuentro del ‘7’, que fue sustituido por Brahim Díaz en el 76’.
El mejor del Madrid, pero el fútbol es un deporte de equipo y no de individualidades. Comenzó de la mejor forma posible, con un gran gol, y dio el susto con su tobillo, que vendaron posteriormente. Provocó, ya en la segunda parte, la expulsión de Szczesny, pero hasta en eso tuvo que intervenir el VAR. La mejor noticia es que ha vuelto el mejor Mbappé, ¿volverá el mejor Madrid?
Entró en el 46’ por Camavinga.
Entró en el 52’ por Lucas Vázquez.
Entró en el 64’ por Tchouameni.
Entró en el 76’ por Mendy.
Entró en el 76’ por Vinicius.
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