Un gesto con el que el presidente manda un mensaje público
La derrota del Real Madrid en la final de la Supercopa deja a los merengues tocados después de la mejoría que habían tenido en los últimos partidos. Las críticas se centraron en algunos jugadores como Tchouaméni, Lucas Vázquez o Camavinga, pero sobre todo recayeron en Ancelotti, por sus decisiones antes y durante el partido, con el planteamiento y los cambios.
Carletto queda en una situación complicada, pero en la entrega de medallas parece que Florentino le quiso ratificar, con una muestra de cariño pública. Ancelotti era quien comandaba la fila de madridistas para recibir su presea como finalistas, y el presidente se quiso parar especialmente con él, dándole un abrazo y compartiendo unas palabras a su oído.
De hecho, fue con el único que tuvo ese detalle, aunque siguió saludando y tratando de levantar el ánimo al resto de jugadores. Pero el abrazo solo se lo dio a Ancelotti, y quizás tiene mucho significado para empezar a trabajar en lo que queda de temporada, ya que todavía quedan muchos meses por delante y muchos títulos que hay que seguir compitiendo por ellos.
El Real Madrid no quería vivir un Clásico en la Supercopa de España como el de la primera vuelta de Liga y parecía que el gol de Mbappé era un buen comienzo. Sin embargo, se fueron del césped y eso lo aprovechó el Barça para darle la vuelta al marcador. Tocaba una remontaba heroica y que se antojaba casi imposible, aunque los merengues lo iban a intentar.
Sin embargo, Gil Manzano quería ponerle más problemas a los de Ancelotti. Lo demostró al no ver una clara falta de Szczesny cuando Mbappé le encaraba. Era evidente, pero ni él ni sus auxiliares lo quisieron ver y tuvo que ser desde el VAR desde el que le avisaran para que lo fuera a revisar y se hiciera justicia con la cartulina roja al cancerbero azulgrana.
Eso daba un mínimo de esperanzas, sin embargo, los de Ancelotti no fueron capaces de atacar a un equipo que tenía un hombre menos. Carletto falló en su planteamiento defensivo en la primera parte, donde se adelantaron con el gol de Mbappé, pero dejaron el balón a los culés y lo acabaron pagando. Y es que luego llegaron los regalos para que dieran la vuelta al marcador.
A partir de ahí, el técnico italiano no fue capaz de dar con la tecla. Solo un cambio en el descanso, pero rápidamente tuvo que sacar a Asencio también porque la defensa estaba fallando con Tchouaméni. Y las permutas con uno más no fueron las suficientes para que el equipo generara peligro. Cosas en el debe de Ancelotti, que se llevó una muestra pública de cariño de Florentino.
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